Si seguís la serie The Big Bang Theory, como yo, o al menos os suena de algo, seguro que también conoceréis a uno de sus protagonistas, Sheldon Cooper. Pues bien, después de leer el artículo de hoy, puede que os deis cuenta de que su forma de actuar realmente si puede ser algo enfermizo, literalmente.
El síndrome de Asperger es una forma de autismo de alto funcionamiento. Se caracteriza por un interés limitado a una sola cosa (por ejemplo, obsesión con la física como Sheldon), o una preocupación rara con un objeto, hasta el punto de dejar de lado otras actividades.
Los niños con esta enfermedad con frecuencia no se dan cuenta de que la otra persona con la que hablan no tiene interés por su tema “obsesivo”. Pueden interesarse con horarios de tren, colecciones de objetos, una aspiradora… Realmente no llegan a aislarse del mundo como los autistas puros, sino que se acercan a otras personas, pero sus problemas con el habla y el lenguaje en un medio social los condenan al aislamiento. Además no entienden el sarcasmo ni el humor, y se toman las metáforas de forma totalmente literal.
Por otra parte, no reconocen la necesidad de cambiar el tono o volumen de voz según la situación, tienen problemas con el contacto visual o las expresiones faciales y posturas o gestos (comunicación no verbal) y acaban siendo etiquetados por los otros niños como “raros” o “extraños”.
También tienen problemas para formar relaciones, pues son incapaces de expresar emociones durante la interacción social, tienen problemas para mostrar o señalar objetos de interés a los demás y no expresan ningún tipo de placer por la felicidad ajena.
Como parte “positiva”, cabe decir que los individuos con esta enfermedad suelen tener una inteligencia por encima del promedio (se cree que Einstein o Beethoven tenían el síndrome de Asperger). Suelen destacar en computación o ciencia.
Para terminar, como curiosidad, el nombre de este síndrome se debe a Hans Asperger, que lo descubrió en 1944 y lo denominó transtorno de “psicopatía autista”. La causa de la enfermedad probablemente se deba a una anomalía cerebral y tiene a ser hereditario aunque no se ha identificado todavía ningún gen específico.
Vía: MedlinePlus / NINDS.