Es probable que sepas muy poco o nada acerca del animal que aparece en la foto. Se trata del tapir, aunque a menudo suele ser confundido con el oso hormiguero gigante . Seguramente tampoco lo sepas, pero el papel de este omnívoro de los bosques sudamericanos es vital para el mantenimiento del ecosistema, y por ello su conservación se hace extremadamente importante. No obstante, la caza y destrucción del hábitat de estos animales podría llevar a su extinción, y es aquí cuando el trabajo de investigadores y conservadores de especies entra en juego, tomando innovadoras medidas que aseguren la supervivencia del tapir.
Un fósil viviente
De todos los mamíferos terrestres que podemos encontrar en América del Sur, el tapir es el más grande, pudiendo alcanzar hasta los 300 kilos (¡la mitad de lo que pesa un caballo!). Hasta nuestros días, se han encontrado restos fósiles pertenecientes a este animal que datan de hace más de 5 millones de años. Sin embargo, a pesar de llevar tanto tiempo coexistiendo en el mismo planeta, lo que sabemos acerca de estas criaturas solitarias y nocturnas sigue siendo todo un misterio.
Patricia Medici, bióloga conservacionista, fue una de las pioneras en la investigación y el programa de conservación del tapir en Brasil, que comenzó en 1996. “En ese momento, contábamos con muy poco conocimiento acerca de ellos, sobre todo porque son animales muy difíciles de estudiar. Son bastante escurridizos, por lo que tuvimos que recurrir a métodos indirectos para estudiarlos“, asegura Patricia. Su trabajo en la recolección y difusión de la información acerca del tapir ha sido reconocido por la Universidad de Kent en Reino Unido, y ha contribuido enormemente a la formación de los futuros conservadores de especies endémicas.
Los desconocidos jardineros del bosque
Si aún te estás preguntando por qué suscita tanto interés la conservación de este animal, tenemos una respuesta que seguro te sorprenderá. La dieta de los tapires consiste principalmente en el consumo de frutas silvestres. Cuando ingieren esta fruta, se tragan también las semillas, que más tarde serán esparcidas a lo largo de todo el bosque al expulsarlas con sus heces. De este modo, el tapir representa una figura significativa a la hora de mantener la estructura y la diversidad del ambiente y por ello su extinción supondría un grave peligro para la biodiversidad.
El hábitat del tapir incluye esencialmente las selvas tropicales como el Amazonas, por lo que están continuamente desplazándose en busca de todos los recursos que necesita para reproducirse y sobrevivir. Pero la longevidad de estos mamíferos se encuentra amenazada debido a la actual destrucción de su hábitat provocada por la deforestación, la contaminación, los cazadores furtivos y la rápida industrialización de Brasil. Todos estos factores son la razón por la que los tapires se encuentren viviendo hoy día en poblaciones muy pequeñas y aisladas, desconectados unos de otros.
Nuevas ideas para evitar su extinción
Los medios que se han empleado para la investigación acerca de este misterioso animal han hecho posible el que hoy sepamos mucho más acerca de él, y de esta manera sea mucho más fácil saber cómo podemos protegerlo. Gracias al sensor de movimiento de las llamadas cámaras trampa, se pudo filmar y fotografiar la vida nocturna del tapir, y se reunió una valiosa información sobre su reproducción y organización social. También el uso de collares GPS para seguirles la pista fue una de las técnicas que permitió conocer más acerca de su desplazamiento, y así determinar qué zonas eran las propicias para crear corredores ecológicos, que unen las zonas aisladas favoreciendo la comunicación entre las distintas poblaciones de tapires.
Además, a estos collares GPS fueron incorporadas cintas adhesivas reflectantes como las que se colocan en los camiones, con la esperanza de reducir el riesgo de atropello cuando los animales crucen la carretera en su amplio y constante desplazamiento. Ideas originales como ésta son las que se necesitan hoy día para evitar la desaparición de esta y otras especies tan importantes en el futuro.
Fuente | EDGE