Realmente, hoy os quería hablar de otra enfermedad veraniega que sale demasiado en las noticias para mi gusto, y para el gusto de nadie, porque no es muy agradable. Os quería hablar de la Legionelosis o Enfermedad del legionario, pero como uno lleva ya mucho tiempo escribiendo, acabo de recordar que de esa enfermedad ya os hable en Medciencia hace más de un año, y hace pocas semanas mi compañera Marina os explicó el método que tiene la Legionella y otros organismos para sobrevivir a los obstáculos, como son las biopelículas. Así pues, como ya hablamos de esto en su día, hoy os hablaré de las otitis o infecciones del oído, que también son muy comunes para el verano y bastante desagradables para los bañistas en piscinas y playas.
La otitis, o infección de oído, suele empezar con un dolor acompañado por un pitido irritante y agudo, o con una sensación de oreja taponada que impide oír con claridad. En ocasiones puede acompañarse de fiebre, supuración o incluso malestar general.
Se puede dar a cualquier edad, aunque los que más la suelen sufrir son los niños pues el 70% de ellos sufren alguna vez en esta etapa de edad una otitis. Según comenta la Dra. Cristina Calvo Rey, pediatra del Hospital Severo Ochoa de Madrid y vicepresidenta de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica:
“Puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, pero desde el nacimiento hasta los siete años, más o menos, es el periodo donde más prevalencia tiene. A partir de entonces, la incidencia de las otitis se reduce”
Tipos de otitis hay muchas, pueden ser de oído externo y oído medio. Por la parte del oído interno las enfermedades que se pueden sufrir suelen ser relacionadas con ototoxicidad (medicamentos tóxicos para el oído), presbiacusia (disminución de la audición por la edad) o enfermedades que afectan al equilibrio, como la neuritis vestibular, entre otras (recordemos que el oído es un órgano de audición y también de equilibrio corporal). Pero hoy nos centraremos en las otitis, que causan una inflamación del oído medio o del oído externo.
La otitis más conocida en los niños suele ser la otitis media, ya que se da muchas veces a causa de un resfriado o por infección de las vías respiratorias superiores por un virus o bacteria, que pasa a través de la trompa de Eustaquio (el tubo que conecta el oído con la vía aérea) y también acaba afectando al oído.
Pero, ¿y en verano? Vale, en verano también nos resfriamos, pero no tanto. En verano predominan más las otitis externas o también llamado “oído del nadador”. No tiene por qué afectar a nadadores profesionales, sino que puede afectar a cualquiera que se dé un baño en una piscina o playa y no se seque bien los oídos, y como no esto sucede más en los niños. Como su nombre indica, afecta a la parte del oído más externa, es decir, al tubo que hay entre la oreja y el tímpano.
Aunque este tipo de infección es leve, puede ser muy molesta, y suele darse solo por una simple herida en la oreja que se infecta y acaba inflamándose. La mejor recomendación es secarse bien los oídos, y tener mucho cuidado con los niños para que también eviten el exceso de humedad. Los bastoncillos no están recomendados, pues con ellos podríamos empujar la bacteria hacia el interior, así que lo mejor es inclinar un poco la cabeza y dar ligeros golpecitos para librarse del agua o incluso usar difusores de agua marina.
Vía: El Mundo.