A todos nos ha pasado alguna vez la típica situación en la que empezamos una frase y otra persona la termina con nosotros. De hecho es habitual que haya personas con las que vivimos este tipo de episodios con más frecuencia, que parecen ser capaces de “leer nuestra mente”. Esto es lo más cercano a la telepatía que parece posible más allá de las películas, pero ¿y si la ciencia fuese capaz de hacerla realidad?

Esto es lo que intentan numerosos científicos, como Rajesh Rao y Andrea Stocco, un ingeniero informático y un neurocientífico investigadores ambos de la Universidad de Washington que han conseguido grandes avances en este campo haciendo confluir sus dos disciplinas.

¿En qué consiste el método?

La técnica que han diseñado ambos investigadores para reproducir algo similar a la telepatía consiste en un sistema que capta las ondas del cerebro, las transforma en un mensaje en código binario que viaja a través de la red y, una vez en su destino, es traducido de nuevo a código neuronal sobre un nuevo individuo.

Primer experimento

De este modo, ambos realizaron un primer experimento a través del cual Rao pulsaba el ratón de su ordenador de modo que la actividad eléctrica producida por su cerebro en ese momento era recogida por un gorro de encefalografía. Esta información, tras ser traducida en bits, viajó por internet hasta otro edificio, donde se encontraba Stocco, que llevaba puesto un gorro de estimulación transcraneal. Este gorro recibió la información, de modo que estimuló la zona del cerebro que hizo que Stocco repitiera el gesto de su colega, pulsando el ratón.

Segundo experimento

Un año después realizaron un experimento similar, esta vez con voluntarios y un juego bélico de ordenador. El primer individuo veía venir una serie de misiles y podía dispararles. El segundo no los veía, pero conectado al otro del mismo modo que en el primer experimento, disparó en el momento adecuado.

Tercer experimento

Ambos resultados fueron muy revolucionarios, pero no era telepatía en sí, ya que no era una comunicación entre dos cerebros, sino la repetición inconsciente por parte de un individuo de los movimientos de otro. Y es que no es lo mismo la repetición de un impulso tan simple como pulsar el ratón, que hacer viajar pensamientos de un cerebro a otro, ya que dos personas pueden codificar la información de una manera similar, pero no exactamente igual.

Para estudiar esto diseñaron un nuevo experimento, más complicado, en el que diez voluntarios jugaron a “las veinte preguntas”, un juego americano en el que un participante debe adivinar lo que piensa el otro mediante preguntas cortas que van reduciendo el número de posibilidades. En el caso del experimento sólo se realizaban tres preguntas cuya respuesta únicamente podía ser afirmativa o negativa. El que debía contestarlas, en vez de hacerlo en voz alta, miraba a una pantalla donde había una luz para el sí y otra para el no, de modo que la respuesta viajaba hasta el cerebro del otro, que finalmente tenía que acertar el pensamiento inicial de su compañero.

No todos los resultados fueron los esperados, pero sí que lo fueron un alto porcentaje de ellos, concretamente un 72%, por lo que se podría decir que finalmente consiguieron que dos cerebros se comunicaran entre sí.

Está claro, por lo tanto, que aún falta mucho para lograr conseguir una comunicación telepática completa, pero el camino parece ser el adecuado. Así que cuidado con lo que pensáis.

Imágenes: Flickr Pixabay Pixabay Pixabay

Fuentes: PLOS ONE PLOS ONE

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