Vuelta a la rutina, y sus diferentes actividades, hábitos y quehaceres que pueden fatigar nuestro organismo hasta el punto de originar un cáncer. Sólo 1 de cada 22 personas en EE.UU sobreviven a este enfermedad, y la cifra no parece cambiar.
El tratamiento del cáncer no es tarea fácil, pues su origen puede ser muy diverso, e incluso se puede llegar a diagnosticar en una fase muy tardía, dándose el caso por perdido. Sin embargo prevenirlo está a nuestro alcance, por lo que hoy en Medciencia os acercamos los 6 hábitos que están detrás del origen de esta enfermedad.
El tabaco
Poca gente se preocupa por el fumar puede matar impreso en los paquetes de cigarrillos, lo que no lo hace menos peligroso. Esta práctica tan generalizada parece menos peligrosa de lo que es; para que os hagáis una idea, el tabaco está detrás del 33% de las casos diagnosticados de cáncer.
¿Qué relación tiene el tabaco con el cáncer? El tabaco no solo puede ocasionar cáncer, sino que además puede dificultar el mecanismo del organismo para combatirlo. Todo comienza con el humo del tabaco, que es un agente mutágeno que fomenta la formación de radicales libres, y produce cambios en el material genético de nuestras células provocando el mal funcionamiento de las mismas, su división descontrolada y fallos en nuestro sistema inmune.
¿Qué podemos hacer para prevenirlo? La solución más rápida sería dejar de fumar, pero como sabemos que no es tarea fácil, tenemos que armarnos de fuerza de voluntad y dejarlo gradualmente. El método de los cigarrillos electrónicos parece ser una alternativa, sin embargo, en Medciencia comentamos hasta que punto podía llegar a ser mejor que el tabaco.
La obesidad y el sobrepeso
Preocuparse por nuestro peso no es cuestión de estética; el sobrepeso y la obesidad son los causantes del 20% de los casos de cáncer. Es un dato alarmante, teniendo en cuenta que ocurre mayoritariamente en el público infantil.
¿Qué relación existe entre la obesidad y el cáncer? Existen diversos mecanismos que podrían explicar la relación existente entre ambos:
- El exceso de estrógeno producido por el tejido adiposo (graso) se ha asociado a riesgos de cánceres de seno, de endometrio y otros.
- Al tener con frecuencia mayores concentraciones de insulina, la gente obesa puede presentar una afección en la sangre conocida como hiperinsulinemia que puede fomentar la formación de tumores.
- Las células grasas producen hormonas, llamadas adipocinas, que pueden estimular o inhibir el crecimiento celular, originando un tumor.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? Para empezar, si sois padres, concienciaros profundamente de la dieta de vuestros hijos, teniendo especial cuidado con la comida basura, la bollería, y los refrescos. Pero ojo, la obesidad en adultos también es objeto de preocupación, no hay que descuidarse.
Agentes patógenos
Hace unos años nos produciría una carcajada la idea de que un hongo, un virus o una bacteria podrían llegar a ser los causantes del cáncer. Sin embargo las cifras no dicen lo mismo, pues aproximadamente un 16% de los casos diagnosticados de cáncer son causados por agentes patógenos.
¿Qué relación existe entre estos agentes y el cáncer? Pues probablemente el que más os suene es el cáncer de cuello uterino, y entre los causantes nos encontramos ni más ni menos que al virus del papiloma humano (VPH), causante de verrugas cutáneas o genitales. Subgrupos del VPH, concretamente el tipo 16 y tipo 18, participan en la formación de lo que se conoce como carcinoma cervical. El mecanismo no es nada sencillo, pero se conoce que los genes de ambos virus, consiguen pasar las defensas de la mucosa cervical e integrarse en el genoma de sus células, alterando su expresión desembocando en un tumor.
¿Qué podemos hacer para prevenirlo? No sólo debemos tener cuidado con el VPH, pues existe una enorme cantidad de patógenos cuya actividad puede desembocar en esta enfermedad. Casi el 70% de las mujeres sexualmente activa contraen esta infección al menos una vez en su vida, pero solo el 3% de las mismas desarrollan el cáncer de cuello uterino.
Actividad física insuficiente
Nos encanta el sofá, la siesta de después de comer, las series y los videojuegos, pero no existe razón alguna para confiar plenamente que nuestra dieta va a cuidar de nosotros. Alrededor del 5% de los casos de cáncer tiene como causa la insuficiencia de actividad física.
¿Qué relación existe entre la actividad física y el cáncer? La primera que se os vendrá en mente es el sobrepeso, pues cómo describimos antes, está detrás de diversos tipos de cáncer. El ejercicio juega un papel muy significativo sobre todo en la prevención del cáncer de colon y rectal, ya que reduce los niveles de insulina, la inflamación crónica, la grasa corporal y otros factores que desarrollan el cáncer.
¿Qué podemos hacer para prevenirlo? Con un poco de actividad física diaria tenemos más que suficiente, aconsejando siempre realizar la que más os guste, olvidando las calorías que queman, la figura que nos dejará o el dinero que pueda llegar a costarnos.
La dieta
Es más sencillo calentar una pizza en el microondas que prepararse una ensalada, y aunque nos encante el sabor y la comodidad de la comida basura, a nuestro organismo no le hace mucho chiste. Casi el 5% de los casos de cáncer se causan por hábitos alimenticios pobres. Y con pobres se hace referencia a dietas altas en carbohidratos, grasas saturadas, pocas proteínas y sobre todo falta de vitaminas.
¿Qué relación existe entre el cáncer y la dieta? El exceso de grasas está detrás de distintos tipos de cáncer, y el azúcar más de lo mismo. Nuestro cuerpo dispara sus alarmas cuándo nuestros niveles de vitaminas están por los suelos; desde fatiga, a llagas pasando por dolores de cabeza.
¿Qué podemos hacer para prevenirlo? La mejor solución es aumentar las frutas y verduras en nuestra dieta, pues poseen antioxidantes, que como ya comentamos, mejoran nuestro sistema inmune y combaten la formación de radicales libres.
El sol
Nuestro disfrute del sol y nuestra intención de volver de vacaciones con un tono bronceado no es excusa suficiente para evitar el uso de protección solar. Pues además de quemaduras y picores, el sol está detrás del 2% de los casos de cáncer.
¿Qué relación existe entre el sol y el cáncer? Como ya conocemos, el sol emite una amplia gama de radiaciones que alcanzan la tierra en diferente proporción y medida. Entre estas radiaciones, existen un tipo conocidas como radiaciones ionizantes, que son las causantes de mutaciones en vías de señalización de nuestras células, desembocando en crecimientos incontrolados que acabarán ocasionando un cáncer.
¿Qué podemos hacer para prevenirlo? Tan sencillo como evitar exponerse en las horas en las que el sol sea más notable, hacer uso de protectores solares y sobre todo no realizar una exposición continua al mismo.
Fuente | Huffpost | Instituto Nacional del Cáncer | Cáncer de cuello uterino