El amor y la amistad juegan un papel complicado en nuestras vidas. La delgada línea que los separa es en gran parte de los casos difusa. ¿Me quiere? ¿o solo cómo amigo? Es cierto que el roce hace el cariño, pero este cariño no tiene que ser necesariamente amor, y este concepto lleva a muchas personas a cometer estupideces en base a malentendidos. Ya que cada persona es un mundo, se hace realmente difícil analizar el patrón que seguimos para hacer ver si queremos a esa persona, o nuestra relación no va más allá de la amistad.
Conocemos a alguien. Nos llama la atención. Te sonríe. ¿Estará interesado/a en nosotros? ¿o será más que un gesto de empatía? ¿amor o amistad?
El amor es todo un reto
Para determinar el estado de nuestra nueva relación debemos tener en cuenta diferentes factores, que nos ayudarán a diferenciar entre amistad y amor. Lo primero que debemos preguntarnos, es qué entendemos por amor, ¿estamos interesados en una relación pasional? ¿una relación larga? ¿o simple compañía?
Si tenemos la intención de establecer una relación de larga duración, debemos de tener en cuenta que dentro de la misma existen diferentes grados. Empezamos una relación con unas expectaciones y planes que ocurrirán con el tiempo, habrá personas que obtengan más satisfacción/felicidad de unas cosas que otras, y además, sentirán con diferente frecuencia la necesidad de ver a su pareja.
Los resultados de diferentes estudios han demostrado que actualmente para fortalecer las relaciones de larga duración es una excelente opción fomentar la amistad entre ambos, realizando más actividades que harías en caso que se tratase de una amistad, aunque parezca contradictorio.
Tu pareja, tu mejor amigo
Para que os hagáis una idea de lo importante que es la amistad en una relación romántica, los psicólogos VanderDrift, Wilson y Agnew desarrollaron un estudio en 2012 demostrando los beneficios de ejercer actividades en el ámbito de la amistad en relaciones largas.
En concreto, obtuvieron que el valor de la amistad en una relación predecía el compromiso, el amor, y curiosamente, la actividad y deseo sexual. ¿Y cómo ejercemos esta amistad? No se trata solo de apoyar, entender y acompañar a nuestra pareja, sino de interesarse por su vida sexual.
El estudio encontró que las parejas que priorizan la satisfacción sexual acaban cumpliendola en menor medida que aquellas parejas que incluían más actividades como amigos en su vida en pareja.
Esto nos lleva a un dilema, porque como muchos sabréis, amistad y amor difícilmente van de la mano, siempre uno de los extremos fuerza más al otro.
Por lo tanto, el consejo que se ofrece es pensar con claridad que queremos con esa persona, y si tenemos duda si nos está flirteando o no, considerar que podemos tener una amistad en la que tendremos una excelente base para conocer a la otra persona, sus aficiones, hobbies, metas, y que con el tiempo podremos (si existe una conexión) tener una relación en la que llevaremos mucho por adelantado.
Fuente | Paper (VanderDrift, Wilson and Agne)