Fiebre: ¿Síntoma o enfermedad? – Medciencia


La fiebre… Sin exagerar, el 80 o 90 % de los padres primerizos, y no tan primerizos, llevan a sus criaturas al médico e incluso a urgencias por este SINTOMA. Sí, en mayúsculas, pues la fiebre no es más que eso, un síntoma más de una posible enfermedad. Al contrario de lo que mucha, muchísima gente, pueda pensar la fiebre no es una enfermedad y no hace falta invertir tiempo y antibióticos en hacerla desaparecer o hacer que baje (al menos no siempre, luego explicare cuando si es necesario esto).

Empecemos con una breve explicación técnica:

El hipotálamo, uno de nuestros núcleos (asociación de cuerpos neuronales) a nivel encefálico, es el responsable del control de la temperatura corporal, es decir, contiene el centro termorregulador del cuerpo humano. La fiebre significa pues un aumento temporal de la temperatura considerada como normal, en respuesta a alguna enfermedad o padecimiento. En concreto, para decir que un niño tiene fiebre, su temperatura será:

  • Mayor o igual a 38 ºC en medida rectal.
  • Mayor o igual a 37,8 ºC en medida oral.
  • Mayor o igual a 38 ºC en medida axilar.

En un adulto, la fiebre aparecerá si la temperatura está por encima de 37,2 – 37,5ºC, dependiendo de la hora del día.

Generalmente no habrá daño cerebral a causa de la fiebre, a menos que sea mayor de 42ºC. La fiebre sin tratamiento causada por una infección normalmente no pasa de 40,5ºC, a menos que el niño tenga demasiada ropa o esté atrapado en un lugar caluroso.

En definitiva, la fiebre es una defensa más del cuerpo contra una infección. La mayoría de virus y bacterias proliferan mejor a 37ºC, y muchos bebés y niños tienen fiebre alta con un simple virus. Aunque parezca que la fiebre será signo de algún mal grave, no es más que una lucha a favor de la persona, y no en contra como se piensa comúnmente.

¿Cuándo será grave la fiebre? En algunos casos, existen niños propensos a las convulsiones febriles, y pueden darse en fiebres no demasiado altas. En estos casos sí será necesario acudir al médico en busca de ayuda, pues el remedio puede ser peor que la enfermedad. Normalmente estas convulsiones terminan de forma rápida y no significa que el niño padezca epilepsia o algo similar.

Como siempre pasa en esta ciencia llamada medicina, también existen fiebres inexplicables de varios días o semanas, llamadas Fiebre de Origen Desconocido (FOD). Hoy en día aún no se han podido explicar.

En conclusión, los que ya tengáis descendencia y los que penséis tenerla, recordad que el primer día que un niño padece fiebre es imposible saber su causa. El médico solo podrá decir que es algún tipo de infección, pero hasta pasados unos días (normalmente 3 o 4) no podrá tratar de ninguna forma la posible enfermedad. Es conveniente tener paciencia y esperar, pues los profesionales de la sanidad siguen siendo personas y, aunque a muchos les sorprenda, no son adivinos.

Vía: Medline / Harrison: Principios de Medicina Interna, 16 edición.

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