Sinceramente, a un servidor le encanta el entrenamiento contra resistencias y adora los esfuerzos breves e intensos, por ello detesto ver como un mundo tan apasionante se ve muchas veces “noqueado” y “ninguneado” por el halo que deja el culturismo de calle. Me refiero a ese culturismo que se practica de forma empírica, sin ninguna base científica y en el que lo único que prima es ganar más y más masa muscular, aunque para ello tengan que usarse sustancias prohibidas y poner en peligro la salud. Por ello que me siento reconfortado cuando leo a expertos en materia reconducir muchos mitos y prejuicios acerca del entrenamiento contra resistencias. “¡No estoy sólo!” pienso. Ni mucho menos, hay grandes autores en este campo.
Y os suelto todo este rollo porque hace unas semanas estuve comiendo con un colega el cual, en un futuro próximo, espero sea un referente en nutrición deportiva. Mientras conversábamos salió el tema de los mitos alimentarios y yo le comentaba que no daba crédito a la gran cantidad de mitos que se generan alrededor de los gimnasios (como el de comer carbohidratos a partir de 18h te va a hacer engordar, o el de tener que consumir cantidades desorbitadas de proteína). Y esto, sumado a que el sábado pasado mi compañero estuvo en las jornadas de fuerza y pérdida de peso (¡ya te vale por no avisar!), me ha animado a escribir sobre un tema que todavía no habíamos tratado en MedCiencia y que gira en torno a un tema muy recurrente en los gimnasios pero también entre aquellas personas que se han interesado alguna vez por eso de “activar el metabolismo. Hoy vamos a hablar de la repercusión y papel que juegan el músculo y la grasa en nuestro metabolismo.
MÚSCULO VS GRASA
En muchas ocasiones se asegura y se hacen afirmaciones tales como: “ganar masa muscular activa nuestro metabolismo“, “el músculo quema mucha más energía que la grasa” o incluso se realizan aseveraciones más precisas como que “por cada kilogramo de músculo que ganemos vamos a necesitar diariamente unas 120-150 kcal más“, sin embargo ¿qué hay de cierto en esto?
Bueno, pues de entrada os adelanto que sí, el tejido muscular es más activo que la grasa, pero seguramente no tanto como muchas veces se ha dicho. Se ha creado un mito debido a exagerar considerablemente una verdad.
Según el fisiólogo y experto en fitness, Cedrix X Bryant, buena parte de la publicación científica realizada en la materia, considera que el número real de calorías quemadas por un kilo de músculo en un día y en reposo es considerablemente más bajo que esas 125-150 kcal que comentábamos. De hecho, el gasto calórico que se le puede atribuir a la masa muscular no es extremadamente significativo, pues según apunta este experto, se ha observado que un kilo de músculo puede consumir al día entre 15-22 calorías, frente a las 5 ó 6 calorías por día que puede llegar a quemar la grasa.
Por tanto, si una persona pierde un kilo de grasa y gana un kilo de masa muscular, se espera que su cuerpo en reposo sólo queme unas 10-15 kcal más al día. Como veis, una cantidad que no llega al 10% de lo que se ha llegado a especular.
No obstante y a pesar de que la ganancia de masa muscular no aumente tanto el metabolismo como se podía pensar, si se pretende perder grasa corporal sigue siendo altamente recomendable mantener (o mejorar) una buena musculatura. Pero, eso sí, el entrenamiento de fuerza siempre como apoyo al trabajo cardiovascular (recordemos que el entrenamiento aérobico es el modo óptimo de ejercicio para la reducción de grasa) y, desde luego, de la mano del punto más importante: una correcta alimentación.
Fuente| American Council on Exercise. Cedric X. Bryant; 2006
Imagen| Hsnstore