Los cerebros con Alzheimer siguen siendo un gran misterio para la medicina actual. La enfermedad, descrita en 1906 por el Dr. Alois Alzheimer, aún parece tener muchas sorpresas que darnos respecto a cómo y por qué se produce. En un principio teníamos prácticamente asegurado que la causa era la acumulación de una proteína aberrante llamada beta-amiloide, pero recientemente se descubrió que la gran culpable era la proteína tau. Tampoco tenemos claro si la enfermedad podría ser autoinmune o relacionada con el exceso de azúcar en sangre.
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Montreal han intentado desdeñar el motivo por el cual, en lo cerebros con Alzheimer, no funciona correctamente la reparación celular por parte de las células madre. Y parece que existen ciertas gotitas de grasa que tienen mucho que decir al respecto.
Los desconocidos cúmulos de grasa de los cerebros con Alzheimer
En su estudio, publicado recientemente en la revista Cell Stem Cell, los investigadores de Montreal han topado con algo curioso y olvidado: Acumulaciones de gotitas de grasa en los cerebros con Alzheimer, aunque lo que buscaban era saber por qué las células madre no reparan el daño cerebral de la enfermedad.
Anteriormente ya se sabía de la existencia de esta grasa en los cerebros con Alzheimer tras la muerte, pero este hecho se olvidó, y la bioquímica de dicha grasa era demasiado compleja para estudiarla en aquel momento. Esta vez sí ha sido posible estudiar el asunto más a fondo gracias a las técnicas actuales.
Así pues Karl Fernandes y sus colegas compararon el cerebro de nueve pacientes que murieron por la enfermedad de Alzheimer con los cerebros de otras cinco personas que no murieron por dicha enfermedad. Según sus hallazgos, los cerebros con Alzheimer tenían significativamente más gotitas de grasas que los cerebros sin la enfermedad.
Gotitas grasas que aceleran la enfermedad de Alzheimer
Gracias al uso de espectrometría de masas avanzada, los científicos consiguieron identificar el tipo de grasa, que parecían ser depósitos enriquecidos con ácidos grasos específicos que también pueden encontrarse en grasas animales o aceites vegetales.
Así lo comenta Karl Fernandes, profesor de la Universidad de Montreal y autor principal del estudio:
“Hemos descubierto que estos ácidos grasos son producidos por el cerebro y que se acumulan lentamente con el envejecimiento normal, pero este proceso se acelera significativamente con la presencia de genes que predisponen a padecer la enfermedad de Alzheimer. Creemos que la acumulación de ácidos grasos no es una consecuencia de la enfermedad, sino más bien un acelerador de la misma”
Según los investigadores, actualmente ya existen inhibidores de la acumulación de ácidos grasos pensados para combatir enfermedades como la obesidad, y que también podrían servir contra el Alzheimer según esta nueva investigación.
Actualmente se considera que la edad es el mayor factor de riesgo para sufrir Alzheimer (aunque existe el Alzheimer precoz, y la enfermedad de Alzheimer no se considera algo normal con el avance de la edad). Se suele destacar la pérdida de memoria, pero se alteran muchas otras características cognitivas. Por desgracia los tratamientos actuales se basan en retrasar los síntomas, pero no pueden retrasar el progreso de la enfermedad en sí.
Vía | Universidad de Montreal.
Fuente | Cell Stem Cell.