Investigadores húngaros han desarrollado una técnica que permite identificar la infección de la malaria utilizando imanes y luz polarizada. El mosquito infectado por la malaria, transmite el parásito a través de su saliva en el torrente sanguíneo de la víctima. Cuando el parásito digiere la hemoglobina, se queda con una sustancia, “haem”, muy tóxica para él hasta que no lo convierte en microcristales de haemozoin, también conocidos como el pigmento de la malaria.
Este pigmento (la haemozoin) cuenta con unas características magnéticas y ópticas que lo hacen muy útil para su estudio. Aprovechando estas características, lo que los científicos han hecho ha sido situar una muestra de sangre dentro de un campo magnético muy fuerte. Al situar un objeto magnético dentro de un campo (magnético), todos los polos (pequeñas subunidades del material que tienen una zona norte y una zona sur) se orientan en la misma dirección. Una vez esto realizado, se iluminó la muestra con luz polarizada y se separó la luz transmitida en sus dos componentes (vertical y horizontal). Lo que se observó fue que en el caso de la sangre infectada, al hacer oscilar la dirección del campo magnético (simplemente por ejemplo haciendo girar el campo externo), las intensidades de las dos componentes de la luz oscilaban de manera distinta, mientras que para la muestra de sangre sana, esta oscilación permanecía invariante independientemente de la orientación del campo magnético externo.
Esta nueva forma de detectar la malaria puede resultar muy útil gracias a la gran estabilidad del pigmento, el bajo coste experimental, así como el tiempo necesario para realizar el análisis. Sin embargo, aún existen trabas respecto a este nuevo método, como, por ejemplo, a nivel de reconocer la especie del parásito que ha desencadenado la enfermedad. Pero, tiempo al tiempo, porque poco a poco vamos avanzando.
Fuente: PhysicsWorld