La abeja maya versus plaguicidas, ¿quién ganará?

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En un país multicolor, nació una abeja bajo el sol y fue famosa en el lugar, por su alegría y su bondad“. Es el inicio de una canción que muchos hemos cantado y tarareado a lo largo de muchos años, siendo la abeja Maya la protagonista absoluta de esta gran serie de dibujos animados que cosechó tanto éxito en nuestro país.

Aunque continuando con la canción de este simpático insecto, decía que no había problema que no solucionara Maya, hay una realidad a la que todavía no se la ha dado solución, las poblaciones de abejas, a nivel mundial, están desapareciendo.

¿Por qué son importantes las abejas?

El valor de la abeja de miel (Apis melifera), la especie de abeja que conocemos aquí, y la más extendida de Europa, es incalculable. Es un insecto social, productora de miel y es el insecto con mayor valor económico que se conoce.

No solamente fabrican miel, polen o cera, que ya sería decir bastante, sino por el indiscutible protagonismo en la polinización de cultivos y plantas silvestres, a través de una organización infalible, cada individuo en una colmena cumple su función, obrera, zángano o reina, da igual. El poder del grupo reside en la unión y en que cada uno cumpla su labor.

Para estudiar un poco mejor cómo funciona la polinización, vale la pena que le echéis un vistazo al reportaje de mi compañero Daniel Gómez: “descubren que las abejas sienten el campo eléctrico de las flores“.

Según datos de la Comisión Europea, la polinización supone para la agricultura de nuestro continente, unos 22.000 millones de euros al año, siendo la principal protagonista de este proceso polinizador, la abeja de la miel.

¿Qué está ocurriendo con las abejas?

Lamentablemente, una extraña epidemia está acabando con millones de abejas en todo el planeta. Hasta hoy no se conoce una explicación definitiva, ya que por un lado se señala al cambio climático, por otro lado a los pesticidas, por un tercer lado a una combinación de factores, etc.

Recomendamos desde Medciencia que le echéis un vistazo al reportaje que se le hace desde El Escarabajo Verde (en el enlace de FAPAS, Fondo para la protección de los animales salvajes) a la situación de las colmenas.

Hay determinados plaguicidas, llamados neonicotinoides, que están exterminando a las abejas. Son sustancias altamente tóxicas, que pulverizados sobre las plantas, aplicados al suelo o utilizados como recubrimiento de semillas, terminan siendo distribuidos por toda la planta cuando ésta crece.

Entre los compuestos señalados se encuentran imidacloprid, clotianidina y tiametoxam, producidos mayoritariamente por Syngenta y Bayer, y en Bruselas la semana pasada se reunieron gobiernos de la Unión Europea para decidir prohibir parcialmente estas sustancias tóxicas.

¿Problema ambiental o político?

Este pasado domingo, en un excelente reportaje del programa Salvados, de Jordi Évole, se trató la importancia de los lobbies o grupos de presión, en las decisiones finales para aprobar o rechazar x medidas desde los distintos grupos políticos de la Eurocámara, es más, el eurodiputado socialista confirmó que existían hasta 300 lobbistas (indivudos pertenecientes a los lobbies) del sector farmacéutico, que se reunían con eurodiputados.

Y como el amor al dinero es la raíz de todos los males, en la capital belga es donde los lobbies farmacéuticos pueden hacer su mayor labor de presión a nivel continental. Lo más grave no es que se sepa que estos grupos existan, sino que no se prohíban.

Greenpeace instó a los gobiernos europeos a no ceder a las presiones de la industria de los plaguicidas, y que así se proteja a la agricultura europea mediante la prohibición de dichas sustancias, de acuerdo a informes científicos.

¿Qué ocurrió finalmente con los plaguicidas?

Aunque en el sector del medio ambiente, la tónica habitual es que haya malas noticias, en este caso las noticias desde Bruselas fueron positivas en parte.

La mayoría de los países de la Unión Europea (España incluida), votaron a favor de prohibir temporalmente los plaguicidas que citamos anteriormente, y que son muy dañinos para las abejas.

Decimos en parte, porque aunque no se ha logrado una mayoría cualificada, necesaria para que la decisión fuera vinculante, se ha logrado que la Comisión Europea pueda presentar una nueva propuesta o remitir el asunto a un órgano superior formado por los representantes nacionales.

Conclusión

Aunque ha habido buenas noticias, es vital la protección de las abejas, entre otras cosas desde el punto de vista humano por lo que nos aporta el trabajo de las abejas en salud y economía y ambiental por que los cultivos y el medio ambiente no tienen por qué recibir el efecto dañino de estas sustancias tóxicas. O acaso pensamos ingenuamente que el efecto nocivo se quedará ahí y luego no afectará a nuestra alimentación.

Ante esto, es importante que la Comisión Europea actúe con rapidez para conseguir no una prohibición parcial, sino total de estos compuestos.

 

Fuentes: Greenpeace, Comisión Europea, FAPAS e Intereconomía

Imagen: Los dibujos de una vida

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