Generalmente se suele hacer alarma social cuando aparecen brotes de enfermedades potencialmente mortales como el famoso Ébola o la gripe A de hace unos años, pero realmente deberíamos estar muchísimo más preocupados por enfermedades como la obesidad y la diabetes tipo 2, asesinos silenciosos a los que si no ponemos remedio serán la causa de que nuestra vida pierda calidad y duración, cosa que nadie quiere para su futuro. Estas dos enfermedades están ligadas a estilos de vida patológicos corregibles, llegando a extremos en los que determinados hospitales tienen consultas dedicadas exclusivamente al riesgo cardiovascular infantil, dónde encontrar un niño que haya padecido un infarto ya no es tan extraño como podría parecernos, y todo debido en parte a una sociedad que ha ido adquiriendo costumbres americanas y perdiendo las propias en cuanto a alimentación se refiere.
La obesidad no sólo se trata de acumular grasa en tu cuerpo, ya que aumenta, por ejemplo, la probabilidad de padecer asma. Existen estudios que han determinado que la pérdida de peso, por ejemplo después de una cirugía bariátrica (cirugía para el tratamiento de la obesidad), puede reducir significativamente el riesgo de ataques de asma (las “crisis” de la enfermedad)
¿Cómo ayuda la cirugía para la obesidad al asma?
Se ha comprobado que en pacientes obesos con asma, las visitas a urgencias debidas a una exacerbación asmática se reduce a la mitad en los dos años posteriores a la cirugía para el tratamiento de su obesidad. Previos estudios con pacientes que habían perdido peso, pero con medios distintos a la cirugía, no obtuvieron resultados significativos en cuanto a la mejoría del asma, pero mediante la cirugía bariátrica se han obtenido resultados que apoyan consistentemente este resultado.
En el estudio se evaluaron 2.261 pacientes obesos con asma, los cuáles se habían sometido a cirugía bariátrica entre los años 2007 y 2009, de los que además se tenia acceso a datos de su seguimiento médico durante los dos años anteriores y los dos posteriores a la cirugía bariátrica. Durante los dos años previos, el 22% de los pacientestuvieron al menos una crisis de asma que les obligó a ir a urgencias. Durante los dos años posteriores a la cirugía, sólo el 11% tuvieron alguna crisis. En cuanto a la hospitalización de estos pacientes, el porcentaje de las mismas bajó de un 7% a un 3%, cosa que hace que el elevado coste de la operación de compense un poco ahorrando estancias hospitalarias.
¿Qué es la cirugía bariátrica?
La cirugía bariátrica, como comentábamos antes, se trata de una cirugía cuyo objetivo es la reducción de peso. Esto lo hace mediante cambios anatómicos en el sistema digestivo, limitando así la cantidad de comida que se puede comer y digerir.
Muchas personas que pueden permitírselo recurren a ella para perder peso, evitando así el largo y duro camino de la dieta y el ejercicio, utilizándola como un “atajo” para perder peso, pero realmente aquellas personas que piensan de esta forma generalmente son los que no la necesitan. Está indicada en los siguientes casos:
- Obesidad mórbida u obesidad extrema (IMC de 40 kg/m2) en la que los intentos previos de pérdida de peso por métodos convencionales han fracasado.
- Obesidad de grado III (IMC entre 35 y 40 kg/m2) con comorbilidades asociadas (diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, etc.).
Las enfermedades relacionadas con la obesidad como la hipertensión y la diabetes en muchos pacientes llegan a desaparecer, mejorando muchísimo la calidad de vida y el pronóstico de estos pacientes. De hecho estas operaciones se están haciendo con individuos con IMC más bajo simplemente para tratar estas patologías, en lo que se conoce como cirugía metabólica.
Vía | The Health Site