El arroz dorado es una variedad de arroz transgénico desarrollada hace unos años por los científicos europeos Ingo Potrykus y Peter Beyer. Para lograrlo, le introdujeron al arroz blanco, mediante ingeniería genética, el gen del beta-caroteno, un precursor de la vitamina A. Este gen puede obtenerse de plantas, como el maíz o los narcisos, o de bacterias, y otorga al arroz un color amarillento característico, por el que se le llama “dorado“. Estos resultados se publicaron en la revista Science en 2000.
La vitamina A, el factor determinante para crear el “arroz dorado”
Aunque en un principio contenía un porcentaje demasiado bajo de beta-caroteno, con el paso de los años se ha mejorado, consiguiendo que 144 gramos de arroz dorado sean suficientes para ingerir la dosis diaria necesaria de beta-caroteno. Esto es muy importante en países donde en los que el arroz es el principal alimento, pero existe un gran déficit de vitamina A. De hecho se estima que, cada año, en países como India, entre 1 y 2 millones de niños posee déficit de vitamina A, lo que puede llegar a producir ceguera. Además la vitamina A es indispensable durante el embarazo para prevenir la morbilidad, la mortalidad y la ceguera nocturna.
Sin embargo todavía ninguna de estas variedades está disponible para consumo humano.
Esto es debido a que grupos ecologistas (siendo Greenpeace el más famoso) se opusieron desde el principio, alegando que los transgénicos no han sido suficientemente probados para el consumo humano.
Por otro lado, también arguyen en este caso el argumento de que la agricultura quedaría en manos de multinacionales como Monsanto (que actualmente posee el monopolio se algunos transgénicos), y que esto ocasionaría la ruina de los agricultores locales.
Aún así, en 2013 unos activistas de Greenpeace destruyeron un campo experimental en las Filipinas en el verano, echando por la borda algunas esperanzas de estudios sobre el arroz.
Además, desde que los científicos Beyer y Potrykus aseguraron que no tenían interés en comercializar el arroz transgénico, el arroz dorado pertenece al Instituto Internacional de Investigación del Arroz, por los productores locales podrían cultivarlos sin tener que adquirir ningún tipo de licencia.
Patrick Moore, cofundador de Greenpeace y uno de sus mayores críticos en la actualidad, ha denunciado que la resistencia al arroz dorado ha podido causar unos 8 millones de muertes desde que apareció esta solución, muertes que son evitables.
No obstante, los ecologistas defienden que el arroz dorado “no es la solución a las deficiencias de Vitamina A” y continúan demandando pruebas sobre si el cuerpo humano puede utilizar adecuadamente la vitamina A obtenida del arroz, como también de que el beta-caroteno que se almacena en los granos de arroz, se conserve adecuadamente.
Además afirman que aunque esto se comprobara, existen otros problemas, ya que no hay certeza de que el arroz llegue a los que los que más lo necesiten.
Actualmente la OMS opta por combatir la insuficiencia de vitamina A, repartiendo tabletas o alimentos con esta vitamina como suplemento. Esta opción le parece más adecuada a muchos ecologistas, ya que creen que mediante esta medida se puede alcanzar directamente a los que padecen la deficiencia.
A pesar de ellos, Peter Beyer sostiene, por su parte, que esta medida por sí sola no ha sido capaz de solucionar el problema.
Aún no se sabe cuándo se va poder cultivar el arroz dorado, en caso de que se autorice el producto, aunque Beyer espera que la autorización se otorgue lo antes posible.
Y tú, ¿qué piensas sobre el arroz dorado?