Hace ya unas semanas que leí un interesantísimo aporte de Aitor Sánchez acerca del alcohol en su blog de nutrición y dietética (Mi Dieta Cojea). En su entrada “Hemos recomendado el acohol por encima de nuestras posibilidades“, se argumenta y evidencia por qué no debe promoverse el consumo de alcohol en la población, ni aún bajo la coletilla “de forma moderada”. Para seguir aportando datos a favor de esta postura, nosotros os traemos hoy un estudio que lanza otro dardo envenenado a las bebidas alcohólicas. Y es que, según se desprende de la investigación que ha sido colgada recientemente en la Red y que será publicada en enero de 2013 en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research, las personas con dependencia al alcohol tienen una esperanza de vida 20 años menor que la población general.
El estudio, llevado a cabo en Alemania, ha encontrado que la media de esperanza de vida en las personas alcohólicas estudiadas es de 60 años para las mujeres y 58 años para los hombres, los cuales son unos 20 años menos en comparación con la esperanza de vida de la población alemana general. De hecho, ninguna de las personas alcohólicas fallecidas llegó a alcanzar los años de esperanza de vida que tienen los alemanes (82 años en mujeres y 77 años en hombres) y eso que el estudio contó con una muestra de más de 4.000 participantes, de los cuales 149 se identificaron como dependientes del alcohol y fueron seguidos durante 14 años.
Los investigadores alemanes liderados por Ulrich John, profesor de epidemiología y medicina social, se sorprendieron no sólo al comprobar que el alcoholismo reduce la esperanza de vida en mayor medida que el tabaquismo sino también que el participar en tratamientos hospitalarios para tratar la dependencia al alcohol no se relacionó con una mayor supervivencia.
“Aquí en Alemania ofrecemos tratamientos hospitalarios muy intensos y especializados y esperábamos que estos pacientes tuvieran una mayor oportunidad de supervivencia que los que no participaban en el tratamiento”.
Por otro lado, John también apunta que “beber parece contribuir más a una muerte temprana que otros factores de riesgo como fumar. Las causas de muerte relacionadas con el tabaco como los cánceres parecen surgir a una edad más alta en comparación a las causas atribuibles a la muerte por dependencia al alcohol. Además, beber puede contribuir también a otras conductas de riesgo adicionales como el tabaquismo, el sobrepeso y la obesidad.”
Así que queda claro, el alcohol es un producto peligroso y si se consume siempre debe ser con mucha moderación. Si no lo consume, no se plantee empezar a tomarlo por los posibles efectos beneficiosos.
Vía| EurekAlert!
Imagen| OtherSideOfScience