Desgraciadamente, la depresión cada vez está cobrando mayor importancia en nuestra sociedad. Hace poco en Medciencia se publicó que la depresión ya es la segunda causa de discapacidad en el mundo. Además, si miramos los datos de personas con depresión a lo largo del globo terráqueo, como bien se expone en el artículo mencionado, las cifras son alarmantes a la par que abrumadoras.
En el caso que nos toca, los investigadores del VU University Medical Center en Holanda han estudiado más a fondo el papel de la depresión sobre el envejecimiento debido fundamentalmente a que estudios previos habían demostrado la asociación de la depresión con la aparición temprana de enfermedades como la diabetes, cáncer, obesidad y enfermedad cardíaca, lo cual hacia suponer que esto podría deberse a un incremento en la velocidad de envejecimiento.
Para averiguar si esta relación en definitiva es cierta, los científicos analizaron a 1.095 pacientes que sufrían depresión, junto a 802 que se recuperaron de la enfermedad y 510 personas sanas sin antecedentes depresivos. Los participantes presentaban una edad promedio de 41’6 años, de los cuales 66’8% eran mujeres.
¿Y cómo los científicos estudiaron de manera objetiva el envejecimiento biológico de los participantes? Pues gracias a un método bien simple: midiendo la longitud de los telómeros, ADN repetitivo que se encuentra al final de los cromosomas con el fin de evitar que se destruya información valiosa; la longitud de los telómeros se acorta a medida que una persona envejece, aunque otros factores también lo pueden modificar.
Cabe destacar que actualmente existen numerosos estudios que se centran en reparar los telómeros con el objetivo de revertir el envejecimiento. Esto podría llegar a ser la clave para alcanzar la inmortalidad biológica, aunque todavía existen numerosos problemas asociados como es la aparición de cáncer por división incontrolada de estas células inmortales.
Por tanto, analizando la longitud de los telómeros de los participantes, se pudo estimar la edad celular de cada uno de ellos. Los resultados, que han sido publicados en la revista Molecular Psychiatry, fueron claramente significativos: aquellos pacientes que sufrían o sufrieron depresión, presentaban un mayor acortamiento de los telómeros en comparación con los individuos sin precedentes depresivos.
De hecho, el grupo de personas depresivas envejeció entre 4-6 años más, cifras que establecían correlación con la severidad y la duración de la depresión. Incluso si se tenía en cuenta un nuevo factor en estos pacientes, el seguimiento de un estilo de vida saludable, se siguió observando una diferencia significativa.
“Este estudio a gran escala proporciona la evidencia convincente de que la depresión está asociada con varios años de envejecimiento biológico, especialmente entre las personas con los síntomas más graves y crónicos”, comentan los investigadores.
Donde estos investigadores centrarán su atención en el futuro será si un estilo de vida saludable puede tener beneficios significativos para el proceso de envejecimiento. Es posible que el seguimiento de un buen estilo de vida pueda revertir el envejecimiento, así como tener algún impacto beneficioso en la depresión.
“Tiene que ser probado si estos pueden ser intervenciones fructíferas en pacientes con depresión, lo que resulta no sólo en una reversión de la sintomatología depresiva, sino también en la restauración del envejecimiento biológico y la consiguiente salud sómatica (corporal)”, concluyen los investigadores.
Fuente: Medical News Today