La Diabetes Mellitus es una de las plagas de nuestra época, junto a la arteriosclerosis y el tabaco. Su prevalencia es notable en nuestra sociedad actual y, desgraciadamente, si no nos concienciamos seguirá aumentando la cantidad de gente afectada por uno de sus tipos. Habló del típico “tengo el azúcar elevado” que tanto se suele oír entre nuestros mayores.
La Diabetes es una enfermedad metabólica, de la cual hablaremos de dos tipos más importantes:
- Por una parte tenemos el tipo I, genético y autoinmune, que generalmente encontramos en jóvenes porque es crónico y se nace con él, es imprevisible e incurable. En este tipo directamente el paciente no produce insulina, necesaria para absorber la glucosa de la sangre, porque las células que producen esta hormona son destruidas por el propio sistema inmune. Aproximadamente el 10% de los individuos con Diabetes Mellitus padece el tipo I.
- Por otra parte está el tipo II, donde el paciente si produce insulina pero en cantidad insuficiente o bien el organismo no puede aprovecharla toda por unas cosas u otras. Se suele observar en personas adultas (más de 40 años) y se relaciona con la obesidad, historia familiar de diabetes y estilo de vida sedentario.
En ambos tipos, en definitiva, el problema es que la hormona responsable de que absorbamos el azúcar no se produce, o no funciona correctamente, dando lugar a un exceso de azúcar en sangre, muy dañino para nuestros vasos sanguíneos. Puede dar lugar a complicaciones como ceguera, gangrena, amputación de una o ambas piernas y afectación de los riñones.
Como curiosidad sobre el nombre de esta enfermedad, hay que hablar por separado de ambas partes:
- Por un lado está la palabra Diabetes, que viene del latín y significa “correr a través”, refiriéndose a la gran cantidad de orina que se produce en esta enfermedad (poliuria). Esta palabra empezó a usarse en el siglo I y fue acuñado por el filósofo griego Arateus de Cappadocia.
- Por otro lado, el término Mellitus, que significa “miel” en griego, fue agregado en 1675 por Thomas Willis. La referencia a este alimento dulce viene a raíz de que antiguamente los médicos probaban la orina, y si tenía sabor dulce, se diagnosticaba la diabetes, pues el azúcar al no ser absorbido desde la sangre pasa a la orina sin ser filtrado en cantidades muy elevadas.
Para terminar solo queda recomendar una alimentación sana, pues vivimos en tiempos de exceso de alimentos y es fácil pasarse y comer mal. Pero, sinceramente, vale la pena tener cierto control, más por cuidar nuestra salud que por la belleza exterior que nos suele preocupar más de lo necesario.