Cuanto más se estudian los primates, más semejanzas se encuentran con los humanos. Un estudio realizado por una pareja de primatólogos estadounidenses, Robert Seyfarth y Dorothy Cheney, en 45 hembras de babuino en Botsuana a lo largo de 7 años concluye que estos animales tienen distintas personalidades que les ayudan o les impiden relacionarse con el resto, independientemente de su posición en la escala jerárquica de su sociedad.
Al igual que nos pasa a nosotros, hay animales con mejores aptitudes para relacionarse y las hembras con este “don de gentes” tienen una mejor salud, son más longevas y tienen más descendencia. A estas conclusiones se ha llegado analizando 3 rasgos de personalidad que condicionan su vida en sociedad.
Agradables, distantes o solitarias
Las hembras de babuino buscan compañeras estables para establecer relaciones lazos estrechos así que los investigadores basaron sus estudios observando estos 3 rasgos de personalidad porque se mantenían siempre estables a lo largo del tiempo, es decir, la hembra que es agradable o distante lo es siempre. Descubrieron que las hembras eran sensibles ante estos 3 comportamientos y se acercaban más a las hembras agradables, muy poco a las solitarias y aún menos a las distantes para buscar a sus compañeras.
También descubrieron que las 3 personalidades estaban correlacionadas con los niveles de estrés, el Índice de Compuestos de Socialización y el Índice de Pareja Estable. Una hembra distante o solitaria tiene más hormonas de estrés que las agradables y las hembras estresadas tienen menos posibilidades de encontrar una pareja. Es un círculo vicioso.
Y esta actitud no sólo ayuda a estar menos estresado o a la hora de encontrar pareja. También ayuda a tomar unas decisiones estratégicas u otras dentro de la comunidad en la que viven. Las hembras agradables gruñen al resto para mostrar buenas intenciones para aliviar la ansiedad de las otras hembras.
La pareja de investigadores concluye con lo siguiente:
“La selección natural favorece la supervivencia de algunas personalidades sobre otras y aunque una hembra no puede controlar su dominación o la familia en la que nace, sí puede -adoptando una personalidad concreta- ser una hembra exitosa”
Parece que tener una buena actitud hace más fácil la vida de estas hembras. Y si extrapolamos a los humanos está claro que con una actitud positiva, agradable y simpática nos salen mejor las cosas que siendo bordes, maleducados o estando amargados.