La herencia materna presenta un importante papel en el envejecimiento

envejecerEsta es la conclusión a la que han llegado unos investigadores del Instituto Max Planck en el departamento de Biología del Envejecimiento en Colonia (Alemania). La investigación se ha publicado en Nature y ha demostrado que las mutaciones de nuestro ADN mitocondrial, que se heredan por parte de nuestras madres, juegan un importante papel en el envejecimiento.

La mitocondria, que es la fábrica de energía de la célula indispensable para que pueda realizar sus funciones, presenta ADN propio, de ahí que se afirme, entre otras evidencias, que en el pasado remoto la mitocondria era en realidad una bacteria que fue “engullida” por una célula primitiva.

Mediante una investigación en la que se han utilizado ratones diseñados con mutaciones, comprobaron que las mutaciones en el ADN mitocondrial contribuyen a una aceleración del envejecimiento. Como este ADN se hereda únicamente por vía materna, las mutaciones que heredamos de nuestras madres influyen en el envejecimiento.

“Para nuestra sorpresa, también hemos encontrado que el ADN mitocondrial de neustras madres parece influir en nuestro propio envejcimiento. Si recibimos mutaciones en el ADN mitocondrial de nuestras madres, envejeceremos más rápidamente”, asegura Nils-Göran Larsson, autor del estudio.

Asimismo, vieron que existe una relación entre las malformaciones cerebrales y las mutaciones recibidas por parte de nuestras madres.

Antes de nada, quisiera aclarar que todos poseemos mutaciones en el ADN, tanto el que se encuentra en el núcleo como el que se localiza en la mitocondria. Son esas mutaciones las que nos diferencian unos de otros. Por ello, parece ser que las mutaciones a nivel del ADN mitocondrial podría explicar en parte la diferencia que existe en el envejecimiento particular de cada persona.

Se tiende a asociar una connotación negativa al concepto de mutación, pero en absoluto tiene por qué serlo. Las mutaciones son claves en la evolución de la vida, donde los más resistentes son los que procrean. Si la fortuna no está de nuestra parte, puede que las mutaciones que heredemos puedan comprometer en parte la funcionalidad de la mitocondria y, por tanto, la de la célula.

Nuevas vías para decelerar el envejecimiento

Los resultados de este investigación abren nuevas puertas para luchar contra el envejecimiento. Los científicos afirman que se podría seguir una serie de estrategias para disminuir las mutaciones transmitidas por la herencia materna.

“Hay varias opciones en la dieta y farmacológicas que pueden ayudar a regular la función mitocondrial y/o reducir la toxicidad mitocondrial. Un ejemplo son los antioxidantes. Este modelo de ratón podría ser una plataforma para probar estos medicamentos y dietas”, explica Barry Hoffer, médico del departamento de Neurocirugía en el Hospital Universitario Case Medical Center (EEUU).

Alimentos como legumbres, verduras, frutas, e incluso vino tinto, aunque este último tomado en escasas cantidades, presentan capacidad antioxidante.

Actualmente, los investigadores están estudiando si una dieta rica en este tipo de alimentos, o bien mediante la utilización de fármacos específicos, lograría reducir el número de mutaciones que perjudicarían el normal funcionamiento de la mitocondria y, como consecuencia, disminuir el envejecimiento.

Fuente: El Mundo

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