Existe un enemigo claro en todos los deportistas: Las lesiones. Muchas ocurren por accidente, otras por malas prácticas deportivas, y en algunos casos por exceso de deporte cuando no se está en buen estado físico.
Las fases del duelo
En el momento en el que estas aparecen, vienen acompañadas de un declive de la motivación, elevados niveles de frustración, imposibilidad para autocontrolarse y sobretodo el deportista entra en una especie de duelo donde se cumplen las siguientes fases:
1. Empieza negando la situación, quiere seguir entrenando a pesar del malestar, le quita total importancia al hecho en sí.
2. A continuación viene la negociación, el deportista empieza a desesperarse, e intenta negociar con su entrenador y preparador físico una vuelta próxima al terreno de juego.
3. El siguiente paso del duelo en casos en los que las lesiones son de duración prolongada es la depresión. La persona puede caer en un estado de ánimo depresivo en el que se produce una desesperanza y la idea irracional de que ya no podrá volver a estar al máximo de su rendimiento.
4. La cuarta fase, a la cual llamamos aceptación, se produce en el momento en el cual el deportista acepta su lesión, y facilita el proceso de recuperación.
En las diferentes fases del duelo es importante el apoyo psicológico además del soporte del entorno cercano (resto del equipo, familia, pareja, amigos).
Buceta (1996) nos comenta que la variable psicológica más relevante en este contexto es el estrés psicosocial, el cual puede influir aumentando la vulnerabilidad de la lesión, dificultando la recuperación y alterando el estado emocional, la salud y el funcionamiento en general.
Variables psicológicas
Podemos ver a menudo como deportistas profesionales tienen que dar explicaciones a la prensa y a la afición acerca de la lesión, de posibles fechas de retorno, y en muchos casos la presión que todo esto ejerce en ellos les irrita.
Las variables psicológicas más relevantes ante las lesiones deportivas son la motivación, el estrés, la tolerancia a la frustración y la autoconfianza, todas ellas se pueden potenciar para dar un plus de calidad a la recuperación.
Está comprobado que las personas más positivas son aquellas que llegan antes al éxito en cualquier ámbito, por lo tanto también se recuperarán antes.
“Lo tenías todo, lo pierdes todo, pero lo vuelves a recuperar todo” Los limites no están en las circunstancias sino en nuestra mente. Cualquier síntoma de ansiedad va a estropear de forma negativa la recuperación física, ya que si la rehabilitación física no va de la mano con la mental el resultado final no será de eficaz.
Todas las personas podemos llegar a tener capacidad de superación, el cerebro normalmente busca el equilibrio, en la mayoría de casos no potenciamos sentidos que poseemos porque no nos hace falta hacerlo, pero si pierdes un sentido te ves obligado a potenciar capacidades que antes no desarrollabas.
Es difícil, tras una lesión, volver al mismo ritmo y rendimiento de antes. Pero podemos observar en el día a día cómo los deportistas profesionales, después de las lesiones, regresan a coger su capacidad de dar el mismo nivel anterior. Incluso en ocasiones algo más. Podemos poner un ejemplo claro de recuperación y resiliencia: Rafa Nadal (tenista español, actual n.º 1 de la clasificación mundial de la ATP).
La mayoría de los aspectos relacionados con la superación de una lesión se encuentran en descubrir la motivación que nos hace perseguir, hallar qué nos satisface para seguir, trazarse unos objetivos a corto plazo e ir celebrando los pequeños éxitos.
“No puedes elegir el modo de perder, pero sí puedes elegir como recuperarte para ganar la próxima vez.”