En otras ocasiones hemos hablado de las bondades de la relación entre una mayor actividad física y los cambios cerebrales que esta provoca. En su momento hablamos de algunos beneficios mentales (como reducir la ansiedad o mejorar la productividad), su papel en la mejora del rendimiento académico, o el descubrimiento de que el ejercicio físico colaboró en aumentar nuestra inteligencia a lo largo de los años. El resumen es que el ejercicio cambia el cerebro. Pero, ¿y el sedentarismo? ¿modifica de alguna forma nuestro cerebro?
Pues según un estudio recientemente publicado en el Journal of Comparative Neurology, a cargo del Dr. Patrick Mueller, profesor asociado de fisiología en la Universidad de Wayne State, la respuesta es SI, la inactividad o sedentarismo también modifica nuestro cerebro, y no nos hace ningún favor. Es decir, el sedentarismo produce efectos perjudiciales en el cerebro, de la misma forma que los produce en el corazón.
Según dicho estudio la inactividad puede cambiar la forma de las neuronas de nuestro cerebro, alterando su sensibilidad y llevando también a un aumento del riesgo de sufrir de problemas cardíacos. Concretamente, estos cambios cerebrales se observaron en ratas, donde se observó que las conexiones entre neuronas cambiaban, tensionandose, provocando una hiperactividad del sistema nervioso simpático (el cual, cuando se estimula, provoca aumento de la frecuencia cardíaca y de la tensión arterial).
Según comenta el Dr. Muller:
“La hiperactividad del sistema nervioso simpático puede conducir a una enfermedad cardiovascular”
“Este hallazgo es importante, ya que añade un factor más a nuestra comprensión de cómo, a nivel celular, la inactividad aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca”
Además, cabe destacar que anteriormente se creía que a partir de los 20 años nuestro cerebro queda fijo y no cambia, pero actualmente sabemos que su plasticidad es continua y siempre está modificándose y creando nuevas neuronas y conexiones (incluso cuando somos sedentarios, por lo visto).
Para que os hagáis una idea, solo en los Estados Unidos (cuna de grandes cadenas de comida rápida), el 60% de sus habitantes no hacen la cantidad adecuada de actividad física, y más del 25% de los adultos no son activos en absoluto.
Por tanto, junto a los estudios que hemos mencionado anteriormente que alaban las bondades y beneficios del ejercicio físico para nuestro cerebro, este estudio añade más leña al fuego, destacando que por su parte, la inactividad, también es un factor perjudicial y modifica el cerebro, pero para peor.
Vía | NatureNews.