El los últimos años se ha popularizado la práctica del mindfulness como otro componente más del tratamiento de varios trastornos mentales y problemas de salud en general. El mindfulness, cuya traducción al español más aceptada es atención plena, cosiste en un tipo de meditación basada en prestar atención de manera conciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Jon Kabat-Zinn, conocido como referente mundial por haber introducido esta práctica dentro del modelo médico de occidente hace más de 30 años, fundó la Clínica de Reducción de Estrés en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Su uso se ha extendido a tratar trastornos como la depresión y la ansiedad, así como el dolor crónico y la fibromialgia consiguiéndose una mejoría importante de los síntomas.
Además, a nivel orgánico investigaciones recientes indican que el entrenamiento en relajación y manejo del estrés aumentan la funcionalidad de los linfocitos en pacientes con afectados por el VIH- los hombres. Por otro lado, se ha demostrado el impacto negativo que tienen sobre el sistema inmune los acontecimientos vitales estresantes, por ejemplo, en los títulos de anticuerpos en respuesta a la vacuna contra la gripe.
Un estudio publicado este mes en la revista Psychosomatic Medicine, habla más en profundidad de este efecto sobre el sistema inmune, concretamente del mindfulness. Se comparó a un grupo que fue entrenado en mindfulness durante un programa de 8 semanas con otro grupo en “lista de espera”. Se midió su actividad eléctrica cerebral ante, después y a los 4 meses de finalizar el programa.
En un primer momento se presentó en los meditadores un aumento significativo en la activación relacionada el afecto positivo en comparación con el grupo en lista de espera. También se encontró un aumento significativo en los títulos de anticuerpos a la vacuna contra gripe entre los que realizaban minfulness. Los autores concluyen que un programa corto basado en la atención plena o mindfulness produce efectos demostrables sobre el cerebro y la función inmune.
¿Cómo puedo practicar mindfulness?
La meditación es un buen modo de practicar mindfulness, pero no es el único. En realidad, el objetivo del mindfulness es acabar convirtiéndose en algo continuo; se trata de vivir en un estado de atención plena el mayor tiempo posible, en cualquier cosa que hagas y en cualquier momento, ya sea trabajando, hablando por teléfono, tomando una ducha, comiendo, hablando con alguien…
Supongamos que estás haciendo algo tan sencillo como tomar el desayuno, mientras estás en tu casa, a solas. Para hacer esto con mindfulness, el primer paso es ser plenamente consciente de lo que estás haciendo, de cada sabor, de cada gesto y movimiento, de cada aroma, aceptando esa experiencia tal y como se va desarrollando.
Si este ejemplo lo trasladamos a cualquier otra vivencia, emoción o circunstacia (más trascendental que tomar el desayuno) nos permitirá aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aun no ha ocurrido, nos lleva a reaccionando de manera automática y desadaptativa.
Fuentes: Psychosomatic Medicine; mindfullnes-salud.org, about.com