En varios estudios anteriores se había encontrado ya cierta relación entre una educación pobre y algunos trastornos mentales. Pero, ¿quién nos iba a decir que un exceso de educación también podría traer graves consecuencias contra la salud mental?
Con sobreeducación me refiero a exceso de titulación en referencia al trabajo que se ejerce, algo que está sucediendo muchísimo en España a raíz de la crisis económica (individuos con hasta dos carreras trabajando en bares o restaurantes, por poner un ejemplo). Evidentemente esta situación es preocupante, pues se obtiene una preparación que nunca se llega a explotar, algo que acaba acarreando serias consecuencias mentales, como un mayor riesgo de depresión, según un reciente estudio.
Para esta investigación se analizó información de más de 16.600 trabajadores de 25 a 60 años de 21 países de Europa. Los investigadores midieron el nivel de depresión de los participantes basándose en sus respuestas a las preguntas de una encuesta.
Evidentemente, el simple hecho de tener unos estudios excesivos para el trabajo que se desempeña ya es por definición algo preocupante para la salud mental, ya que se poseen unas habilidades y una formación que al fin y al cabo no servirán para su cometido, como bien recuerda el investigador Piet Bracke, profesor de sociología de la Universidad de Gante (Bélgica).
Por otra parte, Bracke también recuerda que estos empleos conllevan un menor estatus social y un menor prestigio en comparación al que se conseguiría según los estudios que se poseen, lo que también conlleva un desequilibrio en las redes sociales de apoyo (dependen más del apoyo de otras personas que el apoyo que ellos mismos pueden proporcionar). Todo esto, en conjunto, también contribuye a un mayor riesgo de depresión
Como os recordaba al principio, en otras investigaciones ya se había constatado que unos niveles de educación más bajos conlleva el doble de riesgo de tener graves sintomas de depresión, en comparación con las personas que tienen un mayor nivel educativo (personalmente, tras las prácticas que he tenido en un hospital psiquiátrico, puedo constatar que esto es totalmente real sin tener que realizar estudio alguno… De unos 20 pacientes que tuve la ocasion de visitar, tan solo uno o dos de ellos tenían un nivel educativo elevado).
Por otra parte, este nuevo estudio ha encontrado que los países con muchas personas con un nivel educativo superior pueden sufrir efectos perjudiciales sobre la salud mental de todos los titulados universitarios. En los países que tenían un nivel educativo superior no tenía porque ir asociado una mayor seguridad o un mejor sueldo en el trabajo, incluso aquellos que ostentaban un trabajo acorde a su titulación también tenían un peor nivel de salud mental, en promedio.
Lo que sucede es que el número de estudiantes universitarios se ha disparado, pero no ha sido así en el mercado laboral. Los países occidentales, como los de Europa, tienen un exceso de “sobreeducados”, pero su mercado laboral está tardando mucho en ponerse al día para poder absorber a todos estos individuos tan bien preparados, lo que al final acaba con trabajadores sobrecualificados y además deprimidos porque no pueden llegar a ostentar el trabajo que realmente merecen. Así lo explica Bracke:
“A nivel nacional, si el número de personas con educación universitaria sigue aumentando, [y] si no hay una mejora equivalente de la del mercado de trabajo, se deteriora la salud mental de la población”
La verdad es que se trata de una situación complicada, agravada más si cabe por la actual crisis en el mundo occidental (y peor todavía en países como Grecia, Italia, Portugal o España). Estamos empezando a pagar no solo con dinero, sino también con nuestra salud.
Vía | LiveScience.