La vitamina D, también conocida como calciferol, ha sido reconocida hasta ahora por su importante papel en el metabolismo del calcio. De hecho, si recordáis no hace mucho, un anuncio televisivo sobre un producto lácteo esquematizaba en una representación bastante simplificada como el calcio sólo era depositado en los huesos si iba acompañado de vitamina D. Y aunque el proceso es algo más complejo, sirvió para que captáramos la idea general: la vitamina D mejora la absorción y la fijación del calcio. No obstante, parece ser que las propiedades de esta vitamina no se quedan únicamente ahí.
Actualmente a la vitamina D se le concede el rango de “hormona” y esta siendo ámpliamente estudiada con objetivos tan diversos como el de descifrar su papel en la inmunidad (de hecho la European Food Safety Authority (EFSA) concluye que está establecida una relación de causa y efecto entre la ingesta dietética de vitamina D y su contribución al funcionamiento normal del sistema inmune en el ser humano) o el de su vinculación a la prevención de caries dentales. Sobre esto último, su vinculación a los menores índices de caries, es de lo que vamos a hablaros hoy.
Una reciente revisión sistemática (un meta-análisis) que será publicado en la edición de diciembre de la revista Nutrition Reviews ha asociado la vitamina D con una reducción de aproximadamente el 50% en la incidencia de la caries dental. La revisión, que incluye 24 ensayos clínicos controlados (desde el año 1920 hasta 1980), abarca a un total de casi 3.000 niños procedentes de diferentes países.
El Dr. Philippe Hujoel de la Universidad de Washington, y autor de la revisión sentencia que:
“Mi principal objetivo fue resumir los ensayos clínicos de las bases de datos para que podamos dar una nueva perspectiva a la vitamina D”
Y es que, el papel de la vitamina D en la prevención de caries ha sido controvertido. La American Medical Association concluyó hacia 1950 que la vitamina D es beneficiosa en el manejo de la caries dental. Sin embargo, la American Dental Association dijo todo lo contrario (sobre la base de las mismas pruebas). En 1989, el National Research Council, a pesar de nuevas evidencias que asociaban a la vitamina D con beneficios frente a la caries, declaro que era un problema “no resuelto”.
“Estas conclusiones muy divergentes entre las diferentes organizaciones no tienen mucho sentido desde una perspectiva basada en la evidencia.” señala el Dr. Hujoel. Y es que, su revisión ha encontrado que el aumento de los niveles de vitamina D en los niños (ya sea por mayor exposición solar o por la toma de complementos como aceite de hígado de bacalao) puede desempeñar un importante papel en la protección de las caries. Esto podría tener implicaciones en la sanidad pública pues los niveles de vitamina D (especialmente ahora con clima frío en el que vamos más tapados y con pocas horas de sol al día) están disminuyendo, mientras que los casos de caries dental en los niños pequeños van en aumento.
Por ello y ante estas perspectivas una buena opción sería aumentar su ingesta dietética a través de alimentos como los pescados grasos (salmón, sardinas, arenque, bonito…), los huevos (con yema), alimentos fortificados (leches y lácteos enriquecidos) o incluso, si la exposición solar está muy disminuida, con complementos como aceite de hígado de bacalao.
Vía| Eurekalert
Imagen| Readyforten