Ladrillos hechos de papel, completamente reciclables

Los hay huecos, comunes, perforados o refractarios. Su base fundamental es la arcilla con cierto contenido en agua. Tienen una gran historia tras ellos, ya que se encuentran en todas las casas en las que habitamos. Se trata de los ladrillos.

Se sabe que distintas civilizaciones y pueblos como israelitas, asirios o babilonios, han fabricado ladrillos. Este proceso ha continuado hasta la época actual, debido a las propiedades físicas, mecánicas y químicas de los ladrillos, que hacen de estos derivados arcillosos un pilar fundamental en la construcción de cualquier infraestructura.

Aunque la arcilla sigue siendo un componente básico de los ladrillos se están descubriendo formas de fabricar ladrillos de forma más ecológica.

Los ladrillos de papel

Científicos de la Universidad de Jaén, han publicado en la revista Fuel Processing Technology un estudio en el que se explorando la posibilidad de reciclar el material de desecho de las fábricas de papel para la producción de ladrillos.

Para fabricar papel se realizan operaciones físicas y químicas que son dañinas para el medio ambiente. Los residuos de dicha fabricación presentan un alto contenido orgánico, razón por la que pueden ser reciclados.

¿Cómo los obtienen?

En primer lugar se recogen residuos celulósicos, procedentes de una fábrica de papel, que junto a lodos procedentes de la depuración de sus aguas residuales, son unidos a la arcilla empleada en construcción. Tras esto se procede al prensado y a la extrusión en máquinas, y se obtienen finalmente pequeños ladrillos de una gran resistencia.

Aunque los ladrillos que se han obtenido inicialmente son pequeños, los científicos de Jaén opinan que se pueden lograr ladrillos mayores con resultados similares en lo que a calidad se refiere.

¿Qué se logra con este procedimiento?

Según el equipo científico se logra ahorro económico, al no necesitar tanta cantidad de arcilla en la producción de los ladrillos y ahorro energético, ya que el residuo aporta un calor añadido cuando se introduce en el horno.

Otras cosas que se logran son el reciclaje y la reutilización:

Reciclaje porque los residuos que son producidos durante el proceso de elaboración del papel, contienen gran cantidad de materia orgánica, lo cual permite su reciclaje.

Reutilización porque los lodos contaminantes que se generan en la fabrica de papel dejan de ser un vertido, al ser reintroducidos en el proceso de elaboración de los ladrillos.

Las propias fábricas de papel al estar interesadas en deshacerse de los residuos, encontrarían una forma de reutilizarlos en la fabricación de ladrillos, y así se ahorrarían el pagar a una empresa para que le retire los restos contaminantes.

Además de ladrillos, con los residuos de papel se obtienen áridos expansivos para usar como aislantes de tejado o suelos en jardinería, así como materiales de hormigón.

¿Más valores añadidos?

El equipo científico de la universidad jienense, no se limita solamente a fabricar “ladrillos de papel”, sino que también han comprobado que residuos generados en la elaboración del biodiesel, se pueden emplear en la fabricación de ladrillos, aumentando la capacidad aislante y la resistencia de los mismos.

Bueno, toca hablar de precio

Cuando vamos a un bar a tomarnos algo con amigos, al tener que pagar la cuenta, siempre hay alguien que se hace el despistado, pero toca hacer cuentas y pagar.

El precio de venta al público de tipo de ladrillos todavía no se sabe, al ahorrarse cantidad de arcilla a utilizar, además de energía, por el calor añadido del residuo cuando se mete en el horno, se supone que se abarataría el coste con respecto al de un ladrillo tradicional.

Para podernos hacer idea de un precio aproximado tendríamos que irnos a ver ladrillos construidos con materiales ecológicos.

Un ejemplo sería el cáñamo, hay que estar tranquilos, no son ladrillos de marihuana, sino realizados con la fibra de cáñamo, que tienen sus papeles totalmente en regla. El problema de este tipo de ladrillo es el precio.

Un ladrillo de este tipo de fibra, que presente unas medidas de 30 x 14,5 x 10,5 centímetros alcanza un precio cercano al euro. A los que no sabemos mucho de materiales de construcción, hay que compararlo con el precio del ladrillo tradicional, que con unas medidas de 24 x 11,5 x 6 centímetros, varía en precio entre 0,10 y 0,40 euros por unidad.

Como informa Monika Brümmer, creadora de la empresa Cannabric, situada en Granada, “el coste de material es algo más elevado que en la construcción habitual, pero es un coste que se amortiza en pocos años con el gran ahorro energético que conlleva su empleo”.

Realmente la sostenibilidad a día de hoy tiene un coste, los coches híbridos (menos contaminantes) tienen precios más altos y como hemos visto los ladrillos de cáñamo son más caros que los convencionales, pero en lo que respecta a lo ecológico y sostenible, la inversión inicial es superior, no despilfarrando al final.

En esta situación de crisis a todos los niveles, hay que analizar todos los costes (económicos, ambientales, sociales, etc.), tomar un segundo y decidir en qué sí o en qué no se invierte.

 

Fuentes: EFE Verde, El Mundo y Fuel Processing Technology

Imagen: Vitrina Ambiental

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