No es la primera vez que comentamos alguna que otra curiosidad sobre las adicciones, pues dentro del hecho de que son enfermedades complicadas de controlar y tratar, tienen alguna que otra peculiaridad que no nos esperaríamos. Por ejemplo, en su momento iniciamos un debate sobre por qué las adicciones no serían enfermedades cerebrales, ya que hay otros procesos que pueden dar lugar a la misma adaptación plástica cerebral. Además, os explicamos por qué nos podemos volver adictos, desde el punto de vista psicológico. Hoy tomaremos otro punto de vista, concretamente las características psicológicas y de personalidad de los individuos adictos, pues aunque no lo parezca, puede que cualquiera de nosotros también las experimentemos en mayor o menor grado.
1. Impulsividad
Una de las cualidades que más destaca en los adictos es su impulsividad, es decir, su búsqueda insaciable de la gratificación inmediata sin importar los riesgos o consecuencias. En nuestra vida diaria estas cosas también pueden ocurrir, y no por ello somos adictos. Por ejemplo, ¿alguna vez os habéis gastado una cantidad excesiva de dinero en algún capricho sin pensarlo previamente? ¿y alguna vez habéis tomado alguna medicación para tranquilizaros cuando había otros métodos alternativos?
Los impulsos los sufrimos a diario, y son necesarios, pues no todo el mundo tiene las armas necesarias para manejar estos impulsos sin echar mano de una solución rápida y poco premeditada. Y no, porque suceda esto no significa que seamos adictos.
2. Perfeccionismo
Otra de las cualidades que podríamos compartir con un adicto sería el perfeccionismo, la misma cualidad que caracteriza a las personas de éxito. Los adictos experimentan un fracaso tras otro, pero aún así su forma de pensar tiende a ser idealista, sin moderación ni autocrítica alguna, manteniendo de igual forma las altas expectativas junto a una creencia subyacente de perfección.
Esto también puede sucedernos en nuestra vida, y no, por ello no estamos más cerca de ser adictos a nada, ni tampoco es enfermizo (siempre pensando en ciertos límites lógicos claro).
3. Grandiosidad y egocentrísmo
Por otra parte, tenemos el egocentrismo, otra cualidad humana bastante extendida y que no por ello es tratada como enfermiza, aunque si forme parte de la forma de ser e un adicto. Este tipo de individuos tienen cierta tendencia al pensamiento mágico, a la creación de un mundo fantasioso donde pueden conseguir lo que deseen y donde ellos son lo más importante. Sin embargo, esto suele ser una máscara para no dejar ver su baja autoestíma (otra característica de los adictos), pues con este egocentrismo también vemos la arrogancia, y la forma de defenderse de los adictos frente a las críticas externas por su consumo.
4. Dificultad para socializar con la gente
Aunque los seres humanos somos animales sociales, como bien dijo Aristóteles, hay algunas personas que tienen tendencia al desapego y al aislamiento. En el caso de los adictos, esto es bastante común, y suelen esgrimir diferentes excusas para saltarse reuniones sociales o echan la culpa a diversas cosas como forma de defenderse y enfrentarse al mundo. ¿Resultado?, buscan esta necesaria conexión social en las drogas, el sexo u otros tipos de comportamientos autodestructivos.
Sin embargo, como bien he mencionado, el aislamiento en si mismo no es algo malo, pues a todos nos puede hacer falta en algún momento de nuestras vidas, o simplemente no somos tan sociales como otras personas.
5. Necesidad de Poder y Control
¿Alguna vez te han tratado de controlador o de autoritario? Pues bien, es otra característica que perfectamente podrías compartir con un adicto, ya que estos individuos tienden a tratar de controlar a los demás como compensación a su sentimiento interno de impotencia. En lugar de asumir la culpa de su comportamiento destructivo y asumir responsabilidades, echan la culpa a los demás, intentan controlarlos, etcétera.
Pero, OJO, porque esta característica la podemos ver a diario en diferente tipo de gente sin poder catalogarla por ello como enfermiza. Hay grados e intensidades para todo, y como comportamiento aislado no hay nada reprochable en ello.
6. Dificultad para controlar nuestras emociones
Finalmente, tenemos un comportamiento que me arriesgaré a afirmar que todos hemos sufrido en más de una ocasión en nuestras vidas: La falta de autocontrol emocional.
Es evidente que a diario nos encontramos sufriendo diferentes tipos de emociones, como alegría, estrés, tristeza, enfado… y sin más, las controlamos, y de ahí no pasa. Sin embargo, existen situaciones que nos superan, y que no podemos llegar a controlar. Esto puede suceder en cualquier momento, pero en los adictos es característico que suceda continuamente, y su forma de “arreglarlo” es echar mano de las conductas y comportamientos adictivos como el consumo desmedido de drogas y demás sustancias. Pero, como bien hemos comentado, a todos nos puede ocurrir en algún momento y no por ello vamos a estar más cerca de ser como un adicto.
Vía | Psych Central.