Los accidentes cerebrovasculares o ictus son aquellas enfermedades agudas que suelen dejar al individuo que la parece con medio cuerpo paralizado o con menor fuerza de lo normal, e incluso pueden llegar a quedarse sin habla según el vaso cerebral afectado. En casos graves, aún con actuación médica, se llega a la muerte. Según el tipo, y la rapidez de actuación, la recuperación puede ser más o menos lenta, o no llegar a recuperarse.
Ahora bien, para el tratamiento posterior a este episodio, se han detectado determinados productos de las algas marinas que podrían echarnos un cable. El producto en especial recibe el nombre de brevetoxina-2, un compuesto que se produce de forma natural y que estimula el crecimiento y la plasticidad de las células nerviosas (al menos en un estudio con ratones). La investigación intenta con esto llegar a producir un fármaco novedoso para ayudar a recuperar las zonas cerebrales afectadas por el ictus, y que estas recuperen, lo máximo posible, su función cerebral tras la lesión.
Según la Federación Española del Ictus, en Europa mueren cada año 650.000 personas por esta causa, y unos 40.000 son españoles. Cada año se detectan 120.000 casos, una media de un ictus por cada seis minutos.
Pero Thomas F. Murray, vicepresidente asociado para la Investigación en Ciencias de la Salud, y profesor y presidente del Departamento de Farmacologia de la Escuela de Medicina de Creighton se muestra optimista respecto a este producto procedente de las algas:
“Nuestra investigación sugiere que los compuestos como la brevetoxina-2 pueden aumentar la plasticidad neuronal y proporcional una terapia potencial de reparación neuronal para la recuperación de un accidente cerebrovascular. Si ese resultado es apoyado por otros estudios en animales y seres humanos posteriormente, esto podría tener un profundo impacto en esta condición actual no tratable”
El estudio, a cargo del equipo de investigación de la University School of Medicine de Creighton, la University of North Carolina wilmington, y la Scripps Institution of Oceanography, se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Realmente, la brevetoxina, producida por el Karenia brevis, en altas concentraciones produce la floración de las algas nocivas que producen la llamada “marea roja”, frente a la costa oeste de Florida. Esta marea esta cargada de esta neurotoxina y puede causar problemas respiratorios en los seres humanos, y parálisis del sistema nervioso central en los peces.
Pero el avance reside en su uso y control como fármaco para el sistema nervioso, ya que la brevetoxina consigue estimular a las neuronas para que su plasticidad y crecimiento sea mayor de lo normal, ya que tras un ictus las áreas cerebrales que resisten y no se ven afectadas modifican su forma para poder sustituir la función que llevaba a cabo el área cerebral muerta o dañada por el accidente cerebrovascular.
En definitiva, un potencial avance para la recuperación tras un ictus.
Vía: Science Daily / FEI.
Imagen: Thrombosis Adviser.