A la mayoría de los organismos vivos no les gusta el contacto (y menos aún el contacto prolongado) con metales pesados. La mayoría, incluidos los seres humanos, desarrollan enfermedades o anomalías genéticas y estructurales (como en el caso de microbios, que por ósmosis introducen en su interior estos metales.
Desde la antigüedad se ha usado la plata como agente antimicrobiano, ahora bien, se ha descubierto recientemente que, con pequeñas cantidades de plata, las bacterias son más susceptibles de verse afectadas por antibióticos.
No se conoce en profundidad como actúa la plata pero, se sabe que interrumpe múltiples procesos celulares bacterianos, impidiendo la formación de enlaces entre átomos de Azufre (puentes disulfuro) en proteínas y afecta al metabolismo del hierro. Todo esto conduce a un aumento de la permeabilidad de la membrana de las bacterias haciéndolas más vulnerables a los antibióticos ya que estas penetrar más fácilmente en su interior.
Este descubrimiento es bastante importante ya que permite abrir nuevas vías para el tratamiento de las bacterias Gram-Negativas (aquellas que no se tiñen en un tipo de tinción de laboratorio, conocida como tinción de Gram) y que son particularmente resistentes a los antibióticos.
Como ya es conocido por todos, poco a poco las bacterias se van volviendo más resistentes a los antibióticos, lo cual hace que nuestros tratamientos se queden obsoletos (lo cual incluye superbacterias resistentes a varios tipos de antibióticos, lo que es un gran peligro), por lo que es muy posible que en poco tiempo nuestros tratamientos para las infecciones bacterianas vengan acompañados de un frasquito con plata. ¡Cuanto Glamour!
Fuente: ScienceMag