Todos recordaremos a Popeye, ese dibujo animado que cuando le surgía algún problema se tomaba una lata de espinacas y automáticamente aumentaba su energía y su fuerza.
Popeye “nació” en USA, concretamente en 1929 como personaje de una tira cómica, más tarde en 1933 empezó a cobrar vida en pequeños cortometrajes y no sería hasta 1960 cuando empezara a aparecer en forma de dibujos animados para televisión.
Al parecer en un principio, en las tiras cómicas, a Popeye no le gustaban mucho las verduras y tenía fuerza sobrehumana debido a los poderes que le había concedido una gallina mágica. Sin embargo, debido a que empezaba a popularizarse su figura se decidió utilizarlo como reclamo para que la población americana consumiera espinacas. Alimento, considerado en aquella época, de un altísimo aporte de hierro y de gran interés para paliar enfermedades como la anemia.
Y decimos “considerado en aquella época” porque actualmente se sabe que aunque las espinacas poseen cierta cantidad de hierro, ni de lejos son un alimento extremadamente conveniente para combatir la anemia ferropénica. (para ello mucho mejor consumir fuentes más biodisponibles como el hígado de ternera, carnes rojas, almejas, berberechos y establecer las estrategias dietético-nutricionales convenientes para mejorar la absorción del hierro menos biodisponible presente en legumbres, frutos secos etc.)
¿Y si no tienen tanto hierro, por qué las espinacas le ponían las pilas a Popeye y se utilizó como reclamo para que se consumieran? Pues simplemente, por una errata. Por colocar la coma un lugar más a la derechacuando se apuntaba la cantidad de hierro estimada de esta verdura, sobreestimando así diez veces su valor real.
Lo realmente curioso, es que se percataron del error ya en 1930, pero no sería hasta 1981 cuando TJ Hamblin escribió sobre ello en el British Medical Journal y en el que concluía que “Las espinacas no son mejor para usted que el repollo, las coles de Bruselas o el brócoli. Para una mejor fuente de hierro Popeye debería haber masticado las latas”
Y para terminar, como curiosidad y aunque quizás muchos ya lo sepan (porque tampoco hace falta un nivel de inglés muy avanzado para ello), Popeye proviene de “pop” y “eye” que significa ojo saltón, debido a su ojo tuerto.
Imagen: allewillis.com