Entre el mundo de los hierros, es decir en el fitness y el culturismo, siempre se ha creído que los niveles elevados de algunas hormonas, como la testosterona o la hormona del crecimiento, después del ejercicio eran imprescindibles para la construcción muscular o hipertrofia. Sin embargo, investigaciones llevadas a cabo por científicos de la universidad de McMaster sugieren que, en relación con el ejercicio, la testosterona o la hormona de crecimiento no juegan un papel influyente en la ganancia de músculo después de levantamientos de pesas.
En dos estudios diferentes publicados en el Journal of Applied Physiology y la European Journal of Applied Physiology, los investigadores no encontraron influencia en la síntesis de proteínas musculares debido a estas hormonas anabólicas. En el primer estudio, los investigadores examinaron la respuesta hormonal tras ejercicios intensos de pierna en hombres y mujeres. Los resultados concluyen que a pesar de una diferencia de 45 veces en el aumento de la testosterona, los hombres y las mujeres fueron capaces de sintetizar nuevas proteínas musculares a la misma velocidad.
“Aunque la testosterona es sin duda anabólica y promueve, en altas dosis, el crecimiento muscular tanto en hombres como mujeres (por ello se abusa de ella con anabólicos esteroides), nuestros resultados muestran que los niveles naturales de testosterona no influyen en la tasa de síntesis de proteínas musculares”
Comenta Daniel West, autor principal de ambos estudios.
En el segundo estudio, los investigadores analizaron las respuestas hormonales después de entrenamiento con cargas en 56 hombres jóvenes, con una edad de entre 18 y 30 años. Estos 56 jóvenes que entrenaron 5 días a la semana durante un periodo total de 12 semanas, experimentaron unos aumentos en la masa muscular desde virtualmente nada en el caso de algunos chicos, hasta más de 5 kg en el caso de otros. Sin embargo, sus niveles de testosterona y de hormona de crecimiento después de hacer ejercicio no mostraron relación con el crecimiento muscular o el aumento de fuerza.
Además, y quizás esto aún desconcierte más a la mayoría de investigadores, se observó que el cortisol (considerada hormona catabólica por excelencia debido a sus efectos opuestos a las hormonas anabólicas ya que destruye la masa muscular) se relaciona con la ganancia de masa muscular.
“Esto podría deberse a un efecto de hormesis” apunta West, que concluye que “la idea de basar todos los programas de entrenamiento con cargas en tratar de manipular los niveles de testosterona o la hormona del crecimiento no tiene porque ser lo más efectivo”. Es decir, que aunque se haya comprobado que descansar 60 segundos o menos entre series y realizar de 8 a 12 repeticiones es la forma de entrenar que más aumente las hormonas anabólicas, esto no tiene porque traducirse en la forma que más aumente nuestra musculatura.
Vía| Sciencedaily Imagen| Crossfit SantaBarbara