Cuando hablamos de relaciones sexuales tendemos a pensar, principalmente, en el coito, y tal vez en otras que hemos ido viendo cómo masturbación, sexo oral, sexo anal….centradas en los genitales, e incluso, cuando pensamos en dos personas, tendemos a pensar en relaciones heterosexuales.
A veces tendemos a dejar de lado y no dar importancia a ciertas prácticas sexuales que pueden incluso ser más importantes que todas las demás, teniendo en cuenta que da igual quien las lleve a cabo (uno mismo, dos hombres, dos mujeres, un hombre y una mujer…), entendiendo la sexualidad como algo amplio, no centrado en el coito ni los genitales, ni con la finalidad del orgasmo.
Obviamente, al hablar de relaciones sexuales, hablamos de sensaciones y por ello no podemos dejar de lado los besos, las caricias y los abrazos, algo tan básico (y a veces olvidado) que nos puede llevar al mayor de los placeres y a experimentar sensaciones únicas.
Besos
Un beso es una de las caricias más íntimas y eróticas que compartimos con otra persona, incluso nos aportan muchos beneficios. Los labios son una zona erógena, encontramos muchas terminaciones nerviosas en la zona de la boca, con la cual podemos transmitir o percibir sensaciones deliciosas: lamer, chupar, succionar, besar.. el cuerpo de la otra persona puede ser muy sensual y excitante.
Los acercamientos eróticos se inician principalmente con los besos, éstos son la primera toma de contacto que pueden propiciar a la intimidad sexual o, por el contrario, pueden arruinar esa expectativa. Pueden ser cortos, largos, intensos, suaves, dulces, húmedos, con lengua, apasionados, … sean como sean, son un componente indispensable que ayuda a la excitación sexual, tanto en hombres como en mujeres, siendo un precedente a la intimidad erótica.
Abrazos
Los abrazos, durante las relaciones sexuales, quizá sean los más olvidados. Un abrazo representa cariño, ternura, amor, seguridad…es una forma más de comunicarnos y expresarnos. Son muchos los beneficios de los abrazos, pero a nivel sexual también pueden ser eróticos, sensuales, excitantes y placenteros. Algunas posturas sexuales propician los abrazos como el misionero, la hamaca, el abrazo total, la cucharita, entre muchos otros.
Sin ir más lejos, durante el abrazo hay contacto piel con piel. La piel es un órgano sensorial que tiene una extensión aproximada de 2 metros cuadrados en cada uno de nosotros, haciendo que podamos experimentar muchas y diversas sensaciones. He aquí la gran importancia que tiene el tacto, las caricias, como forma de expresión de nuestra sexualidad.
Caricias
El tacto es la parte fundamental de la sexualidad humana compartida, son muchas las experiencias eróticas que pueden proporcionarnos el contacto de las yemas de los dedos con la piel. Las caricias pueden mejorar la intimidad y la excitación sexual con la otra persona. He aquí la importancia de trabajar conjuntamente a nivel mental y corporal para intensificar nuestra conciencia sexual: centrarnos en las sensaciones corporales que sentimos, que nos proporciona otra persona, dejando de lado todo pensamiento que no se centre en el aquí y ahora de nuestro placer.
Las caricias, los masajes, tocar a la otra persona, puede ser una experiencia muy satisfactoria para uno mismo y para el otro, algunas sugerencias para disfrutar de las caricias eróticas son:
- Dar y recibir. Las caricias deben ser recíprocas, alternando el momento de tocar y ser tocados. Es importante centrarnos en la otra persona cuando la tocamos, y en prestar atención a las sensaciones que nos producen las caricias que la otra persona nos da.
- Tocar también es un placer. Cuando tocamos a la otra persona, no sólo nos centramos en que disfrute sino también en que sentimos nosotros, ¿qué siente mi cuerpo y mi mente al tocar a mi amante?
- Caricias lentas y suaves. Las caricias suaves son mucho más estimulantes, y al ser lentas ayudan a concentrarnos más en las sensaciones y el placer que éstas nos proporcionan. Recuerda: la piel es muy extensa y tenemos mucho cuerpo con el que disfrutar, los genitales son una parte más de nuestro cuerpo que podemos acariciar, pero no la única ni más importante.
- Aquí y ahora. Es importante que durante el encuentro sensual y sexual nos centremos en lo que estamos haciendo, qué estamos sintiendo, si toco o soy tocado…intentando evitar pensamientos fuera de la situación, o incluso en lo que vendrá después. Abandonarse al placer es la clave fundamental para disfrutar.
- Eliminar expectativas. Es importante no marcarse metas ni objetivos, el sexo no es algo que tengamos que alcanzar, sino es algo placentero de lo que disfrutar. Dejemos de lado las exigencias de conseguir una erección, excitarnos, llegar al orgasmo….y centrémonos en sentir, disfrutar y gozar.
Podemos ponerle imaginación a nuestros encuentros variando las caricias como por ejemplo utilizando aceites, cremas, plumas, e incluso potenciando los demás sentidos utilizando inciensos, perfumes, música… que nos haga sentir cómodos y potencie nuestro placer.
Aprender a disfrutar de las caricias, introducirlas dentro de nuestros juegos eróticos ayuda a aumentar nuestro deseo sexual, ayuda a eliminar las tensiones de las relaciones sexuales, puede mejorar la frecuencia de las relaciones y refuerza el vínculo de intimidad corporal y emocional en la pareja.
Fuente: Sexo para torpes