Todos sabemos que la oxitocina (también llamada “hormona del amor”) tiene entre otras funciones la de regular las interacciones sexuales y las de apego pero este es solo el principio de todos los mecanismos que regula, o el más conocido, ya que también regula las contracciones en el parto, la lactancia, y emociones como el miedo, la ansiedad, la confianza, etc…. Si contemplamos los efectos de la oxitocina: bienestar, placer, desinhibición… podemos seguramente igualarlos a otro tipo de sustancias. Por ejemplo el alcohol. Y de ello va el estudio de hoy.
Producida en el hipotálamo y segregada a la corriente sanguínea por la glándula pineal la oxitocina actúa como hormona y como neurotransmisor.
El estudio:
Ian Mitchell publicó recientemente este estudio en la revista Neuroscience and Biobehavioral Reviews. El Dr. Mitchell observó como la oxitocina nos hace más sociales y aumenta conductas como el altruismo, la empatía y la generosidad haciéndonos más dispuestos a confiar en los demás, de ello ya habíamos hablado en Medciencia de forma más extensa, pero si a alguien le interesa recomiendo leer este otro artículo. Además la oxitocina suprime la actividad del circuito cortical límbico y prefrontal, disminuyendo las respuestas de ansiedad o miedo. Dado que el alcohol puede tener efectos similares él y su equipo se pusieron a estudiar las similitudes en los efectos cerebrales de ambas sustancias.
La hipótesis de este estudio es que aumentar los niveles intracerebrales de oxitocina a través de la administración intranasal (en spray) del neuropéptido puede producir efectos similares al alcohol.
Las conclusiones:
A pesar de que ambas sustancias (el alcohol y la oxitocina) se dirigen a receptores cerebrales diferentes las dos tienen efectos similares sobre el GABA en el córtex prefrontal y el sistema límbico. En el laboratorio la oxitocina parece simular los efectos de un consumo moderado de alcohol en cuanto a la cognición y la interacción social así como la reducción del miedo o la ansiedad.
Esto está muy relacionado con un tema del que os hablábamos en Medciencia el mes pasado, el efecto de la oxitocina en el bloqueo de la “borrachera”. Estudios recientes con ratas comprobaron que dado que la oxitocina se une a receptores GABA de forma similar al alcohol, una vez esta está unida no puede hacerlo el alcohol, es decir la oxitocina bloquearía los receptores GABA a los que se uniría el alcohol, bloqueando su efecto. Este efecto no funciona a dosis muy altas ya que como hemos dicho la oxitocina solo llega a algunos de los receptores GABA compartidos con el alcohol, no a todos.
¿Y por qué no estamos todos dopándonos con oxitocina? Pues porqué tiene efectos nocivos y puede producir reacciones muy opuestas a las deseadas. La oxitocina se ha llegado a asociar a reacciones violentas hacia miembros ajenos al grupo o envidia. Además como hormona que es tendría muchos otros efectos a nivel físico. Aun así todos estos estudios están haciendo que se empiece a estudiar su viabilidad como ayuda a gente en programas de desintoxicación alcohólica o programas de tratamiento psicológico, claro que eso queda todavía muy lejos.
Fuente: Medical News Today.
Imagen: Pixabay.