En muchísimas ocasiones os hemos hablado de las bondades de las pruebas de imagen para detectar enfermedades, ayudar en ciertos diagnósticos (llegando a ser incluso la base del diagnóstico de enfermedades determinadas), y sobre todo en investigación, que es lo que más solemos tocar por MedCiencia. De hecho, imaginad la gran importancia que ha ido adquiriendo esta rama del estudio de la medicina que ya existen estudios de formación profesional como técnico superior en imagen para el diagnóstico. Sin embargo, ¿sabéis hasta que punto nos beneficia el uso del diagnóstico por imagen? ¿cuánto hemos conseguido avanzar en medicina gracias a él?
Algunos ejemplos de pruebas por imagen
Por lo que he ido notando a lo largo de la carrera de medicina, la gran mayoría de los pacientes no saben o no entienden las diferencias entre una prueba u otra (yo tampoco la sabía al empezar mis estudios, lógicamente, no es algo tan raro). Pero hoy os haré un pequeño resumen de algunas pruebas que puede que os hagan la vida más fácil si algún día os toca someteros a ellas:
Radiografías: Estas son las pruebas más típicas. La imagen que solemos tener en mente es la típica foto de los pulmones, donde solo se ven las costillas y el aire en su interior. Su uso suele centrarse en el visionado del sistema respiratorio (distingue bien el hueso del aire, y no tanto los líquidos), o de las fracturas (si se nos rompe algo, la prueba que nos harán sera una radiografía).
Ecografías y ecocardiografías: Cuidado, porque las ecografías no se usan exclusivamente para seguir el crecimiento de los niños en el vientre de las embarazadas, sino para muchas cosas más. Son pruebas de ultrasonidos que suelen distinguir bien el líquido y los tejidos blandos, por lo que se usan para ver lesiones dentro del abdomen en general (hígado, riñones, bazo…) sin someterse a radiación. Existe una variedad, el ecocardiograma, que nos sirve para ver los latidos del corazón en tiempo real y saber que su funcionamiento es correcto. Hoy en día ambos tipos de pruebas se encuentran en formato 3D en algunos hospitales, por lo que su precisión ha ido mejorando.
TAC y PET-TAC: El caso de la Tomografía Axial Computada es el típico tubo de rayos X, similar a la Resonancia Magnética (RMN), pero usando radiación, y no electromagnetismo. Lo que vemos son cortes del cuerpo, como si nos cortaran a rodajas estilo chorizo. Su uso es bastante generalizado para muchos tipos de enfermedades, y la verdad es que funciona muy bien para casi todos los sistemas del organismo. Por su parte el PET-TAC es lo mismo que el TAC, pero se introduce una sustancia que detecta zonas donde las células tienen un metabolismo muy exagerado. Esta prueba se suele usar para buscar las metástasis de los tumores.
RMN y fRMN: Finalmente tenemos la Resonancia Magnética, y la Resonancia Magnética Funcional. En el primer caso, la resonancia normal se suele usar para buscar lesiones del sistema nervioso o de los músculos, pues tiene mucha precisión en estas zonas corporales. Por su parte, la resonancia magnética funcional es similar, pero se puede usar en tiempo real, visionando el funcionamiento de los vasos sanguíneos del sistema nervioso en ese momento, y no tras la prueba. De la misma forma que el TAC, es un aparato en forma de tubo, pero su uso es para cosas diferentes.
Ventajas e inconvenientes
Como os he comentado en estos breves ejemplos (pruebas de imagen hay muchas, y con subtipos de las mismas), algunas se usan mejor que otras para casos determinados. Por ejemplo, las radiograficas, los TAC o los PET-TAC incluyen el uso de radiación, un fenómeno físico que no notamos (de hecho los pacientes que reciben radioterapia no notan ningún dolor), pero sus efectos secundarios si son notables, pues un exceso de radiación puede dar lugar a tumores, entre otras cosas. Cuidado, esto no quiere decir que hacerse una prueba de este tipo produzca enfermedades, pero como os digo siempre: Todo en exceso es malo.
Por su lado, la resonancia magnética y las ecografías no usan radiaciones. En el primer caso usa energía electromagnética, que no se ha comprobado que tenga efectos secundarios, pero como se trata de un imán gigante no sería buena idea entrar al aparato con nada metálico encima. Y, por su parte, las ecografías usan ultrasonidos, otro sistema inocuo (por eso se usa para ver los fetos maternos, pues no se les produce daño alguno).
Espero que esta serie de curiosidades os sirvan de ayuda para la próxima vez que vayáis a un hospital. O, quién sabe, puede que os interese su estudio en un futuro.