En muchas ocasiones, las personas deciden donar sangre para sentirse más realizadas y poder ayudar a los demás. Pese a ser tan sencillo como acudir al centro más cercano, la mayor parte de la población no lo hace, y entre las razones se encuentran el miedo a las agujas o el simple hecho de que nunca habían pensado en donar sangre.
Menos de un 10% de la población de los Estados Unidos dona sangre cada año, y todos los esfuerzos realizados para concienciarnos sobre la importancia de ello pasan casi desapercibidos. Sin embargo, existe una razón que pueda hacernos cambiar de idea: ¡Donar sangre nos beneficia!
1. Equilibra los niveles de hierro en nuestro cuerpo
El hierro se utiliza por el organismo principalmente como parte de la hemoglobina, que es la proteína transportadora de oxígeno a los tejidos, encontrándose el 70% del hierro en estás proteínas. Tanto la falta como el exceso son perjudiciales para el organismo.
Por cada unidad de sangre donada, perdemos aproximadamente un cuarto de gramo de hierro. Aunque podáis pensar que esto es malo, ya que la falta de hierro puede conducir a la fatiga, la disminución del sistema inmune o a una anemia, los niveles altos de hierro en la sangre pueden ser aun peores, y desgraciadamente son más comunes.
Sin embargo, este beneficio cobra mayor importancia en las mujeres pre-menopaúsicas, ya que las disminución de los niveles de hierro en las mismas reducen la probabilidad de sufrir un ataque al corazón. La cifra es sorprendente: alrededor 88% de las mujeres pre-menopaúsicas que son donantes, tienen un riesgo menor de sufrir un ataque cardíaco.
2. Mejora el flujo sanguíneo
Estamos rodeados de agentes que tienen un potencial nocivo para nuestra sangre, como el tabaco, las radiofrecuencias, el estrés o el azúcar de nuestra dieta. Todos ellos hacen que nuestra sangre se hipercoagule, es decir, que se vuelva más densa y fluya con más dificultad.
La hipercoagulación pasa factura a nuestros vasos sanguíneos, contribuyendo a su ruptura. Por ello donar con regularidad (dentro de los límites permitidos) nos ayuda a que nuestra sangre fluya con mayor facilidad, preservando el estado de los mismos. Phillip DeChristopher, director del banco sanguíneo del Loyola University Health System, comentó en TIME:
“Lo que está claro es que los donantes de sangre no suelen estar hospitalizados con tanta frecuencia, y si lo hacen, es durante menos tiempo… Y son menos propensos a sufrir de ataques cardíacos o cáncer”
3. Nos informa de nuestra salud
Aunque no nos lo parezca, donar sangre nos sirve como una pequeña revisión. Se controla nuestra temperatura y presión sanguínea, el pulso, o los niveles de hemoglobina. Además, se comprobará si padecemos enfermedades infecciosas como el VIH, la hepatitis B y C o la sífilis.
Pero ojo, donar sangre no reemplaza al análisis convencional, solo nos sirve como un indicador de que no padecemos alguna de estas enfermedades infecciosas.
4. Alarga nuestra vida
Aunque tenga razones de carácter más social que científico, donar sangre aumenta nuestra esperanza de vida. Las personas que se ofrecen voluntarias por razones altruistas como ayudar a los demás, suelen vivir más que aquellos que se ofrecen voluntarios pensando en lo que obtienen.
Los que donan sangre por estás razones viven una media de 4 años más. Sin embargo, esto depende del contexto y de la personalidad de cada uno, donar cada año no es algo fácil, requiere que estemos mentalmente preparados para ayudar a los demás.
Fuente | Mercola