¿Eres amante de los libros y sientes qué cada vez te cuesta más acabar uno? Puede ser por muchos motivos, pero principalmente porque con la edad nuestra velocidad de lectura y capacidad de concentración disminuyen. Mejorar nuestra velocidad de lectura no solo es perfecto para que no se nos atragante la lectura, sino que además, como adultos, mejorará nuestra eficiencia en el trabajo, facilitará el estudio e incluso mejorará nuestra memoria.
Por ello, hoy en Medciencia os acercamos 8 trucos que os ayudarán a mejorar vuestra velocidad de lectura, ahorrándoos tiempo y haciendo de vuestras lecturas más amenas.
1. Aprende a analizar
La habilidad más importante a ser desarrollada a la hora de mejorar nuestra velocidad de lectura es sin duda nuestra capacidad para analizar lo que estamos leyendo. Cuándo nos enseñan a leer, nos hacen hincapié en mostrar atención a cada palabra que estemos leyendo, pero esta recomendación no nos sirve si somos adultos, pues nuestra memoria contra-intuitiva es capaz de rellenar los huecos (palabras que faltan) de una frase con solo leer el contexto.
2. Lee solo la primera y última frase de cada párrafo
Según Abby Marks Beale, el experto en lectura más rápido de América, las personas que se encargan de la divulgación de la información siguen una fórmula general, que consiste en empezar un párrafo con una frase que introduzca la idea y muestre hacia donde esté encaminada. Como los párrafos en las publicaciones, ya sean científicas o de revistas académicas, contienen mucha información, quizás estemos perdiendo el tiempo en leer información redundante de la que ya estamos familiarizados.
3. Intenta callar “esa vocecilla”
Otro de los hábitos que mantenemos desde el instituto es repetir mentalmente o en voz baja las palabras que leemos. Esta técnica está bien para memorizar información importante, pero en la práctica, estamos perdiendo el tiempo, pues con una rápida lectura el entendimiento de la palabra está más que asegurado.
La manera más fácil de evitar esta costumbre, es como mencionamos en el primer paso, leer los textos por bloques, no centrarnos en la palabra de forma individual, sino de forma colectiva.
4. Utiliza un puntero
Cuándo leemos, es común volver a leer la misma frase o perder el hilo. Releer hasta retomar por dónde vamos leyendo nos hace perder el tiempo, por lo que disponer de un algún instrumento para señalar por donde vamos, ya sea un boli, un marcador o incluso nuestro dedo. Entrena tu vista para seguir el puntero y así evitarás volver atrás en la lectura.
5. No acompañes la lectura con otras actividades
Ni el móvil, ni la tele, ni siquiera música, pues cualquier tarea que realicemos mientras leemos nos distraerá de la lectura. Ordena tus tareas, márcate un horario y dedica el tiempo que necesites a la lectura, realiza el resto de tareas antes o después, pero no durante.
6. No centres la vista en las palabras, sino en las líneas
Según los expertos del Mind Tools, los lectores ineficientes tienden a centrarse en cada palabra, a lo largo de la frase. La razón de por qué esta costumbre es ineficiente, es porque nuestro ojo solo puede leer una pulgada y media por vistazo (casi 4 cm), lo que abordaría aproximadamente 5 palabras. Si expandimos nuestro campo visual, podremos leer más palabras y tardará más en cansarse la vista.
7. Hazte preguntas sobre lo que has leído tras acabar
Además de ser usada por los profesores para mejorar la comprensión lectora, es una buena técnica para mejorar nuestra velocidad de lectura. Tras leer un texto, formúlate varias preguntas para verificar que has entendido la idea que el mismo quería transmitir.
8. Aprovecha las nuevas tecnologías
El hecho de leer un libro en papel no debe significar que rehusemos de las nuevas tecnologías para mejorar nuestra experiencia lectora. Existen dispositivos que nos permiten recoger la velocidad a la que estamos leyendo, compararlos con la media o poner en práctica si estamos enterándonos de lo que leemos. Pero ojo, no debemos dejar que nos absorban, pues volveremos al punto 5.
Vía | LifeHack.