Qué bonitas son estas fechas, que bonitas las celebraciones. Pero nadie habla de los efectos negativos de las mismas ni lo que pasa los días después de las grandes fiestas. Este artículo es para aquellos de vosotros pagando el precio. Hoy señores es un día de arrepentimiento. Sí, como oís, es un día en el que uno se arrepiente de muchas cosas y además es un día tirado, día 1 de enero es un día que perdemos, pero bueno, por suerte al ser año bisiesto, nos venía regalado. En Medciencia vamos a listar todas estas cosas de las que nos arrepentimos, con el objetivo de acompañaros en el sufrimiento hoy y ayudaros a evitarlo el año que viene, porque decir que no lo volveremos a hacer lo solemos decir cada año, pero ¡tenerlo por escrito ayuda!
Los arrepentimientos post-festivos…
1. Obviamente la resaca. Al ser festivo uno le da un poco a todo… que si vino, que si cava, luego algún cubata, el chupito de turno… Nada, que al final aparte de acabar fatal la noche uno se levanta día 1 queriendo morirse y preguntándose porque bebió tanto. La resaca de día 1 suele ser de las memorables, y me apiado de los que además deben afrontarla con comida familiar, esos son unos valientes. Así que día uno te lo pasas con dolor de cabeza, en el baño, con mareos y dios sabe qué. Cada año se es más viejo y las resacas no van a mejorar, más bien al contrario.
2. Lo que nos hemos gastado. La Nochevieja es cara, primero porque si vas a cenar pagas la cena y te la cobran a precio de rey, después si tienes entradas para una discoteca ocurre lo mismo, y además luego siempre hay que añadir gastos: Las copas de más, el taxi, el perrito o el kebab de las 5 de la mañana y para los que todavía han aguantado vivos cae el desayuno también. Claro, al día siguiente haces cuentas y te preguntas… ¿Y el dinero que había en mi cartera? Y eso sin mencionar si nos ponemos a pensar los gastos extra del modelito que llevamos, la peluquería para aquellas/os que vayan, etc…
3. Nos olvidamos de felicitar o contestar a alguien. Pasado todo el barullo, al día siguiente inspeccionas el móvil y te das cuenta de que no felicitaste a algún familiar o incluso a tu mejor amigo/a… No os preocupéis, suele pasar, entre que los móviles van como quieren esa noche, la taja que llevamos y que uno está muy ocupado celebrándolo pues se te puede pasar contestar. Siempre puedes hacerlo día 1. Y para el año que viene ponte a las 5 de la tarde, es un rollo, pero un peso que te quitas para día 1. Si eres perezosos siempre está el típico mensaje de Facebook de “feliz año a todos y gracias a esas personas especiales (vosotros sabéis quienes sois)” y ale, que se dé por aludido quien quiera, más fácil.
4. Fotos embarazosas. Si… Cuando estás de fiesta parece buena idea subir a Facebook esas fotos tan divertidas, esas en las que uno ya sale con la cara colgando y que están borrosas pero no porque el que la hacía se movió, sino porque tú ya no te aguantabas derecho y estarse quieto era una misión. Y tu tía, tu madre, tu jefe y todos aquellos a los que no felicitaste le han dado me gusta a la foto. El lado bueno… Ya tienes tema de conversación para la comida familiar de día 1.
5. Escribirle a tu ex. Porque es de buena persona y quedas bien. O bueno, eso te dices a ti mismo en ese momento. Mientras lo mantengas ahí genial… si la conversación da para más… Pues nada, a arrepentirte día 1. Porque nada bueno puede salir de escribirle a un ex cuando hemos bebido y desearle un feliz año nuevo, pocas veces queda en eso sin más, seguro que cae alguna coletilla indirecta de la que te arrepentirás haber enviado. Mi consejo… Las palabras “Feliz año nuevo” bastan si no te ves capaz de no enviar nada, pero vamos, que empezar el año llevándonos con nosotros el pasado es poco (por no decir nada) productivo. Para el año que viene mentalízate bien antes. ¡Autocontrol!
6. Mala elección de ropa. Sí, nos gusta sufrir. Vas a la tienda y te pruebas el vestido, camisa o lo que sea y ohhh que bonito, bonito esos 5 minutos, luego llega el gran día y cuando llevas 3 horas enfundado/a en el conjunto te das cuenta de varias cosas: que no es adecuado al clima de esta época del año (fuera te congelas y luego dentro, que está petado, te asas), que después de la gran comilona ya no queda tan holgado como en la tienda, que los zapatos te hacen heridas, que las medias te están partiendo el estómago por la mitad, que la corbata no te deja respirar, te pasa la noche subiéndote el escote del vestido, en las fotos te das cuenta de por dónde te salen rollitos de grasa, las lentejuelas te raspan cada vez que te mueves… Y para los tíos… bueno, siempre se convierte en una noche en la que uno suda y pasa calor.
7. Comer demasiado. Es la noche de los excesos, nos ponemos morados. Picoteo, entrantes, primer y segundo plato, postre, más picoteo de turrones y varias cosas típicas y luego nos quedará la comida basura de cuando vuelves borracho o los churros con chocolate de las 6 de la mañana… Y te despiertas día 1 y te duele el estómago… ¿Qué esperabas? El cuerpo está todavía intentando digerir toda esa mezcla de comida pesada que te metiste el día antes. Que además irse a bailar después de la comilona es también algo muy agradable.
8. La noche no fue tan especial/espectacular. Claro, es que ponemos muchas expectativas en una noche y luego nos decepciona. El sitio no era tan guay, la gente no estaba tan animada, estaba demasiado lleno, la música no fue tan buena, no ha sido una mala noche pero tampoco la mejor del año. Bueno, no pasa nada, te quedan 365 días para seguir castigando el hígado. Intenta no crearte tantas expectativas y tanta presión para el año que viene. Cuanto más relajado y sin expectativas vas, mejor te lo pasas.
9. Has compartido tus resoluciones de año nuevo públicamente. Ahora estas más presionado a cumplirlas. Alguno te dijo: no serás capaz de… (dejar de fumar/ir al gimnasio/aprender Inglés…) Y claro, exaltado por el alcohol tú te defendiste afirmando que sí. Ahora hay que cumplirlo, buena suerte.
Y así amaneces día 1…. tirado/a en tu cama, lleno de arrepentimientos, resacoso, con indigestión, si eres chica con la cara llena del maquillaje que no te quitaste y mientras te compadeces de tu existencia, te preguntas… ¿Por qué cada año lo mismo? Pues ale, nueva resolución de año nuevo: El año que viene que sea un día 1 diferente.
¡Feliz año nuevo a todos! (probablemente a partir de mañana)