Aunque se dice que el dinero no da la felicidad (y hay estudios que confirman que a partir de cierto nivel de riqueza, somos igual de felices), puede que si se de el caso contrario. Es decir, que la felicidad durante la juventud nos haga ser predispuestos a ser ricos en la edad adulta. Interesante, ¿verdad?
Pues bien, según el primer estudio en profundidad respecto a la felicidad juvenil, aún teniendo en cuenta otros factores, los adolescentes estudiados que decían ser más felices posteriormente tendían a ganar más dinero que los demás.
El estudio al que os hago referencia corrió a cargo del Dr. Jan-Emmanuel De Neve (UCL) y el profesor Andrew Oswald (Universidad de Warwick). Ambos analizaron los datos de 15.000 adolescentes y adultos jóvenes de los EE.UU., encontrando que aquellos que reconocían ser más felices (reportaban un mayor “afecto positivo”) o decían tener una mayor “satisfacción con la vida”, crecían ganando unos ingresos mayores en el futuro.
Pensándolo detenidamente, y como también nos apunta el estudio, realmente el hecho de ser más felices implica también tener más posibilidades de obtener un título o un trabajo con mayor rapidez que si estamos tristes o decaídos, y esto conlleva posteriormente a mayor riqueza (recordemos que hablamos de EE.UU, porque en España con nuestra crisis, últimamente se pueden tener miles de títulos y no tener trabajo igual, por desgracia para todos…).
Por otra parte, un mayor nivel de felicidad también tiene su correspondiente impacto a nivel financiero: si aumenta un punto la satisfacción con la vida (en una escala de 5 puntos) a la edad de 22 años, esto se asocia a unos 2.000 dólares (unos 1.560 euros) más de ingresos por año a los 29 años, esto contando además otros factores, claro.
Además, los investigadores también tuvieron en cuenta el “factor familiar”, es decir, los casos estudiados que tenían hermanos dentro de la familia, demostrando que incluso los niños que crecen en la misma família con otros hermanos tienden a ganar más dinero en el futuro siempre que sean felices. También se tuvo en cuenta factores como la educación, la salud física, la genética, el cociente intelectual, la autoestima y la felicidad actual durante el estudio.
Finalmente, estos científicos estudiaron la influencia real de la felicidad a nivel de los ingresos, encontrando un efecto directo y otros indirectos, como el hecho de obtener una titulación y un trabajo, un mayor grado de optimismo y extroversión, y un menor grado de neuroticismo.
En definitiva, los autores del estudio concluyen dándole una gran importancia a los resultados tanto en términos políticos como a nivel de los padres de familia. Por una parte, los políticos deberían buscar el bienestar de la población, porque su felicidad incrementa el PIB del país, y por otra, los padres deberían buscar el bienestar de sus hijos para que, al crecer, su felicidad les lleve a obtener buenas titulaciones y trabajos, con los elevados ingresos que eso conlleva.
Vía: Science Daily.