Las ilusiones ópticas siempre nos engañan. Como ya hemos comentado en otro artículo de Medciencia (ver La ilusión lunar) la principal característica de las ilusiones ópticas es que no podemos evitar caer en ellas incluso si sabemos que son falsas. Esto es debido a que las ilusiones ópticas son producidas por algún fallo en la manera que tiene nuestro cerebro para procesar la realidad, por ese motivo investigar las ilusiones permite tener nuevas pistas sobre el funcionamiento de nuestro cerebro.
Pero aunque nuestro cerebro sea único en algunas funciones, muchas regiones son parecidas en una gran cantidad de animales, especialmente en mamíferos superiores (desde monos hasta ratones). Estas áreas comunes son las encargadas de funciones relacionadas con la supervivencia más básica, como interpretar ruidos o imágenes y así saber si viene un depredador. Una de estas áreas comunes es la corteza visual primaria, encargada de interpretar la información recogida por la vista. Tener un área del cerebro que funciona igual que el nuestro implica que también tendrá los mismos fallos que el nuestro y la prueba es este vídeo (¡ y ademas salen gatitos !)
Algunos animales sufren las ilusiones ópticas al igual que nosotros, pero no todas las ilusiones funcionan. Cada ilusión explota diferentes debilidades de nuestro cerebro así que es posible que no todas las ilusiones tengan efecto en los mismos animales. Hoy en día es imposible predecir si ciertas ilusiones funcionan en animales porque no se conoce el funcionamiento neurológico exacto de la mayoría de ilusiones ópticas que existen. De hecho, al demostrar que la ilusión óptica funciona en dos animales diferentes obtendremos información sobre que áreas del cerebro comunes pueden ser las responsables de la ilusión.
La ilusión del vídeo se llama Serpientes rotatorias y fue la ganadora de 2006 en un concurso de ilusiones ópticas que se realiza cada año en Estados Unidos. Esta ilusión fue descubierta por el científico Akiyoshi Kitaoka y consiste en una serie de círculos que giran cuando movemos los ojos por encima de la imagen.
La ilusión ocurre gracias a un tipo especial de neuronas en la corteza visual que detectan el movimiento. Estas neuronas tienen un “defecto de fábrica” que las hace funcionar si se ven ciertos tipos de patrones de líneas, como los de la ilusión. Cuando movemos la mirada estas neuronas se activan dando sensación de movimiento, ilusión que desaparece al fijar la mirada en uno de los puntos. Estas neuronas están presentes en el gato del vídeo, por eso es capaz de ver la ilusión como nosotros la vemos. Que funcionen igual en gatos y humanos da sentido a usar animales de investigación para comprender como funciona nuestro cerebro a partir del suyo.
¿Que pasa con los animales con un cerebro muy diferente al nuestro? Probablemente no vean nuestras ilusiones ópticas pero tengan sus propias ilusiones. No es casualidad que la mimetización con el entorno sea un mecanismo de supervivencia. El insecto palo tiene la forma y color de una pequeña rama y le permite esconderse en los arboles. Para las aves depredadoras encontrarle puede ser igual que para nosotros hacer que las serpientes de la ilusión no se muevan. Imposible.
Fuente e imágenes | Geekologie, Los engaños de la mente