La apendicitis sigue siendo un capítulo polémico en el mundo de la medicina y la cirugía. De hecho, desde que se conoce esta enfermedad se ha tratado como una dolencia puramente quirúrgica en cuando es detectada (ya sea por síntomas o por técnicas de imagen), lo cual sucede en hasta el 11% de los pacientes en edad infantil que acuden a un hospital.
Ahora bien, ¿y si pudiesemos ahorrarnos la operación? ¿y si existiese un método tanto o más eficaz que el quirófano para acabar con la apendicitis? Este método existe, y se llama antibiótico, como bien concluye un reciente estudio de JAMA Surgery a cargo de los investigadores del Nationwide Children’s Hospital de Columbus.
¿Antibióticos o cirugía en la apendicitis?
Según dicha investigación, la cirugía no debería ser siempre la primera opción. De hecho, los antibióticos son igual de eficaces pero con un menor número de efectos secundarios (evitando la anestesia y la cirugía). Anteriormente el uso de antibióticos quedaba restringido tan solo a las apendicitis complicadas.
Como bien comentan los autores, la cirugía había sido el estándar hasta el momento para tratar las apendicitis: Se extrae el apéndice y se acaba el problema, evitando que vuelva a aparecer. Sin embargo, en aquellas ocasiones donde se usaban antibióticos el día previo a la operación parecían mejorar sustancialmente. En tal caso, ¿para qué acabar en quirófano?
Con dicha duda en mente, los científicos responsables de este trabajo compararon el uso de antibióticos o cirugía en 102 pacientes de entre 7 y 17 años con apendicitis no complicada tras informarles debidamente de las opciones (apendicectomía urgente o antibioterapia de hasta 10 días de duración). De entre ellos, 67 eligieron la cirugía, mientras que otros 37 eligieron antibioterapia. Tras un mes, solo el 11% de los que eligieron tratamiento médico necesitaron acabar igualmente en el quirófano; un año después, el porcentaje creció hasta el 24%.
Los antibióticos y la cirugía tienen resultados similares en la apendicitis
Según los resultados de comparación entre antibióticos y cirugía, las complicaciones de las apendicitis fueron similares en ambos métodos, incluyendo aquellos que acabaron pasando igualmente por quirófano tras tomar antibióticos. La diferencia esencial fue que, tras 1 año después del tratamiento, aquellos que sólo recibieron antibióticos tenían un menor tiempo de recuperación (8 días de media, frente a 21 días en caso de cirugía), lo que finalmente repercutía en un menor coste sanitario.
Aún así, como bien indican los autores, la decisión final depende de las familias. En algunas ocasiones evidentemente los antibióticos no serán la solución total, y también existirán casos donde una familia acabe temiendo lo peor cuando su hijo sufre dolor abdominal y lo lleven continuamente a urgencias para descartar una apendicitis (lo que incluirá diversas pruebas médicas innecesarias y, posiblemente, también la cirugía final). En definitiva, siempre habrán casos donde la cirugía si debe ser la primera opción a tener en cuenta.
Entonces, ¿cuál es la mejor opción? De nuevo, recalcamos, dependerá de lo que crea conveniente cada familia. Se tendrán en cuenta factores como la cirugía y la anestesia y sus posibles complicaciones respecto a la posibilidad de volver a padecer apendicitis aguda en caso de elegir los antibióticos.
Fuente | JAMA Surgery