Un reciente estudio ha encontrado que la cantidad total ingerida, a través de alimentos, de antioxidantes como el licopeno, el beta-caroteno o las vitaminas C y E , no está relacionada con el riesgo de desarrollar un accidente cerebrovascular o enfermedades como la demencia. Estos hallazgos rompen con las conclusiones de otras investigaciones anteriores que sugerían que estos compuestos biológicamente activos sí eran capaces de disminuir tales enfermedades.
Elizabeth E. Devore, de la Harvard Medical School en Boston comenta que
“Nuestros resultados son interesantes porque otros estudios habían sugerido que los antioxidantes pueden ayudar a proteger contra el ictus y la demencia. Pero es posible que en esos estudios anteriores los antioxidantes suplementados, o los principales alimentos que aportan los antioxidantes (más que el nivel total de antioxidantes en la dieta) era lo que podía contribuir al menor riesgo de demencia o ictus”
En el estudio participaron 5.395 personas con una edad igual o superior a los 55 años y que no tenían signo alguno de demencia o enfermedad cerebral al inicio del estudio. Al inicio de la investigación, los participantes completaron cuestionarios sobre la frecuencia con la que comían 170 alimentos en el último año. Después, estos participantes fueron seguidos durante una media de casi 14 años.Los sujetos fueron divididos en tres grupos: 1) los que aportaban una baja cantidad de antioxidantes con su alimentación; 2) los que aportaban una cantidad moderada; y 3) los que incorporaban una alta cantidad de antioxidantes.
Durante el seguimiento a lo largo de los años, cerca de 600 personas desarrollaron demencia durante el estudio y también un número muy similar de personas tuvieron un ictus. Pero los investigadores encontraron que las personas con altos consumos de antioxidantes no fueron ni más ni menos propensos a desarrollar la enfermedad cerebral que las personas con baja ingesta de antioxidantes.
Pese a estos hallazgos, los investigadores señalan como punto débil de su investigación una mayor variación en el consumo de café o té (ambos con cantidades apreciabales de antioxidantes), y una menor cantidad de frutas y verduras incluidas en la alimentación de los participantes en comparación con un anterior estudio italiano que sí encontró que un mayor consumo de antioxidantes podría ser beneficioso.
Con esto, nuevas investigaciones deberán aclarar el verdadero papel de los antioxidantes en estas enfermedades.
Vía| American Academy of Neurology
Imagen| saludfacilisimo