Se acercan las fiestas navideñas, y con ellas las cenas familiares en las que no se puede escatimar en nada de nada. Son muchos los manjares y copas que adornarán elegantemente el mantel, pero de ninguna manera podrá faltar el burbujeante protagonista de los brindis; el famoso champán. El consumo de este vino espumoso siempre se ha asociado a celebraciones de todo tipo, por eso resulta tan apreciado en el mundo entero. Gracias a una nueva investigación, ahora tenemos otra buena razón para descorchar la botella. Y es que se ha demostrado que beber de una a tres copas de champán a la semana puede contrarrestar la pérdida de memoria vinculada al enjevecimiento, y podría ayudar a retasar la aparición de trastornos degenerativos del cerebro, como la demencia.
Fenoles: Buenos aliados de la memoria
En la investigación, publicada en el Antioxidants & Redox Signaling Journal, científicos de la Universidad de Reading demostraron que los compuestos fenólicos que se encuentran en el champán pueden mejorar capacidades como la memoria espacial (responsable de resgistrar la información sobre el entorno) y el almacenamiento de la información para su futura utilización. De hecho, hace algunos meses ya os hablamos del extraño beneficio del alcohol para la memoria.
Dichos compuestos funcionan mediante la modulación de señales en el hipocampo y la corteza cerebral, encargados de controlar la memoria y el aprendizaje. Con el estudio se comprobó que sustancias como el ácido fenólico pueden alterar (de manera favorable) ciertas proteínas implicadas en las funciones de almacenamiento de recuerdos en el cerebro. Estas proteínas van desapareciendo con la edad, lo que conduce a una memoria menos eficiente. El champán, con su alto contenido en compuestos fenólicos, ralentiza la pérdida de dichas proteínas, con lo que puede ayudar a prevenir daños cognitivos que tienen en lugar en nuestro cerebro a medida que envejecemos.
Según el profesor Jeremy Spencer, del Department of Food and Nutritional Sciences de la misma universidad donde se llevo a cabó la investigación, estos resultados ilustran por primera vez que el consumo moderado de champán tiene el potencial de influir positivamente en el funcionamiento cognitivo, de manera similar a lo que ocurre con los flavonoides contenidos en el vino rojo.
“A pesar de carecer de flavonoides, los compuestos fenólicos de menor tamaño que encontramos en el champán también han demostrado ser beneficiosos para la memoria”, señala Spencer, quien además hace especial hincapié en el consumo moderado de alcohol: “Nuestros resultados sugieren que un bajo consumo, de una o dos copas a la semana, puede ser muy eficaz”
Además, estudios anteriores pusieron de manifiesto que el champán consumido de manera moderada también podría reducir los riesgos de padecer enfermedades cardio y cerebrovasculares, al ser beneficioso para el corazón y la circulación.
El consumo moderado es la clave
No debemos olvidar que el consumo de alcohol de cualquier tipo y en cualquier medida puede acarrear graves consecuencias para la salud. A pesar de que ciertos estudios han demostrado que beber poco alcohol es incluso más saludable que no beber nada, aún sigue existiendo cierta controversia en el tema. Lo que sí esta claro es que es fundamental entender cómo el alcohol afecta al cuerpo humano en general, y en el caso de consumirlo, hacerlo de manera responsable, conociendo los riesgos que éste conlleva para nuestra salud.
Eso sí, no sólo el champán es la única fuente de compuestos fenólicos. Otros alimentos ricos en polifenoles, como el arándano y el cacao, han demostrado ser igual de beneficiosos que el champán para el buen funcionamiento de la memoria. Incluir estos elementos en nuestra dieta puede ser una buena idea para mantener a nuestro cerebro en mejores condiciones por más tiempo. Además, ya tienes otro motivo más por el que brindar en Nochevieja y empezar el año nuevo con mejor salud (y memoria) que nunca.
Fuente | ARS