Los diez errores de un médico

Antiguamente, los profesionales médicos eran tratados como dioses, llamándolos “señor” o “don” (actualmente alguno se escapa y sigue creyéndose lo de ser un dios). Pero hemos evolucionado, y las cosas cambian. Como ya os conté en su día en ¿Cómo debería ser un buen médico? hay muchos errores, y aún es necesaria mucha humildad y reconocimiento de errores. Porque, cuando un médico comete algún error, puede que muera alguien por accidente, por eso hay que tener mucho cuidado. Hoy hablaremos de 10 de los errores más comunes en el sistema sanitario de EE.UU., pero que podemos extrapolar al sistema sanitario de España:

1. Tratar al paciente equivocado:

Durante mis prácticas en la carrera nunca he presenciado esto, pero es algo que puede llegar a pasar. Si la identidad de un paciente se confunde con otro, pueden suministrarle fármacos equivocados, o incluso cirugía equivocada. Hoy en día se tiene bastante controlado, por eso existen las típicas pulseritas de hospital que llevan todos los pacientes, para evitar errores como este.

2. Recuerdos quirúrgicos:

Es la conocida historia de “la gasa olvidada”. Es muy peligroso que, tras alguna intervención quirúrgica, al cirujano o ayudantes se les olvide alguna gasa o instrumento quirúrgico dentro del paciente (pero puede pasar, y pasa, porque se usan tantos instrumentos que a veces es complicado percatarse).

Según el New England Journal of Medicine, cada año hay 1.500 personas en EE.UU. con instrumentos quirúrgicos olvidados en su interior, como gasas o esponjas, que acaban impregnándose de sangre y pareciendo estructuras corporales normales. El riesgo de que suceda esto aumenta si es una operación de urgencia o si un paciente tiene sobrepeso u obesidad. Pero recordemos que errar es de humanos.

3. Pacientes perdidos:

Esto si lo he podido presenciar. Puede pasar en los casos donde hay pacientes que padecen alguna demencia o trastorno mental, que de repente se va de su habitación sin dar cuentas a nadie. Puede que el personal sanitario hospitalario sea suficiente, pero es imposible tener a todos los pacientes vigilados totalmente las 24 horas del día.

4. Falsos médicos:

Esto es un poco raro, pero pasa. Incluso podemos verlo de vez en cuando en las noticias. Se trata de estafadores que se hacen pasar por médicos, que ofrecen falsos tratamientos y se acaban enriqueciendo a costa de los pacientes que, más tarde, acaban peor de lo que estaban. No intentéis buscar la vía fácil, pues la mejor solución es acudir a un centro sanitario u hospital de verdad y no jugarse la salud por ahorrar dinero.

5. El overbooking de las salas de espera en urgencias:

Desgraciadamente, esto pasa mucho, y ya no es culpa del personal sanitario, sino de la burocracia o de las “falsas urgencias”. Es decir, o en un hospital hay falta de personal por temas administrativos, o hay gente que acude a urgencias por situaciones que no lo son. La parte mala del asunto es que puede llegar a suceder que la espera sea la diferencia entre la vida y la muerte.

6. Burbujas de aire en sangre:

Esto puede suceder al pinchar algún tipo de fármaco directamente en la vena (no suele pasar, pero es posible) y, sobre todo, cuando se hacen drenajes torácicos. Es decir, cuando se colóca un tubo de drenaje en la caja torácica para extraer líquido después de un accidente, pero se retira y entra alguna burbuja de aire porque no se ha sellado herméticamente. El aire no debería estar en sangre, puede ser muy peligroso.

7. Operación equivocada:

Esto tiene relación con el punto 1, y también puede pasar. Si en la historia médica no está bien detallada la cirugía necesaria, puede llegar a ocurrir que el cirujano opere una zona corporal errónea, con sus respectivas consecuencias.

8. Infecciones hospitalarias:

Son las llamadas “infecciones nosocomiales”, que se producen en el mismo hospital, por una mala práctica médica, o porque el paciente esta tan bajo de defensas que puede infectarse por casi cualquier cosa. La peor parte es que muchas de estas infecciones son muy resistentes a los medicamentos, y también son evitables con prevención adecuada. Cada vez se tienen más en cuenta actualmente, ya que simplemente con que l@s médicos y l@s enfermer@s se laven las manos, se evitarían muchísimas de estas infecciones.

9. Tubos hospitalarios:

Personalmente, no sé si esto sucede mucho, yo nunca lo he visto. Viene a explicar que, como los tubos hospitalarios sirven para muchos usos, puede darse el caso de conectar un tubo para alimentación directamente a la vena, causando graves consecuencias.

10. Despertar durante la cirugía:

Si una cirugía se complica o, por lo que sea, dura más tiempo del previsto, el paciente puede despertarse en medio de una operación. Esto no es excesivamente raro, y puede darse la situación de que el paciente sienta el dolor pero no pueda hablar para expresarlo. Los anestesiólogos tienen mucho cuidado con esto y suele estar bastante controlado, pero como he dicho es probable que suceda.

Vía: Merola.

Imagen: La primera plana.

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