No cabe duda que, por todo lo que conlleva, la Navidad es un período especial. Son días de juntarnos con toda la familia, de gozar de más tiempo libre, de disfrutar de los nuestros y de celebraciones. Sobre todo, de celebraciones. En ellas los excesos tanto en forma de alimentos como en forma de bebida son una constante. Ya os comentábamos que ese es el principal error alimentario de estas fechas, los excesos y la opulencia generalizada.
Y para hacer más hincapié en ello, lo que os traemos hoy es un estudio que corrobora el gran perjuicio que pueden suponer los excesos navideños. Porque según la investigación publicada recientemente en el British Medical Journal comer o beber demasiado, como suele ocurrir en esta época, propicia que perdamos horas de vida.
“Cada vez que fumamos, bebemos más de una copa el mismo día, o por cada cinco kilos de sobrepeso podemos llegar a restar media hora de vida”, asegura David Spiegelhalter, estadístico de la Universidad de Cambridge y autor de la investigación
Con este estudio Spiegelhalter ha querido encontrar una manera sencilla de comunicar el impacto de nuestro comportamiento en la esperanza de vida y para ello ha utilizado una nueva medida a la que ha denominado ‘microvida’ y que define media hora de esperanza de vida.
Haciendo uso de estudios de población, el investigador calcula que una ‘microvida’ puede perderse por fumar dos cigarrillos, tener cinco kilos de sobrepeso, beber una segunda o tercera copa en un día, por ver dos horas la televisión o por comer una hamburguesa.
Por el contrario, se pueden ganar ‘microvidas’ si no tomamos más de una copa de bebida alcohólica al día, si damos prioridad a frutas y verduras en nuestra alimentación y si hacemos ejercicio físico. Vaya, justo lo mismo que os recomendamos fervientemente desde MedCiencia en la mayoría de publicaciones.
Además, según se señala en el estudio, los factores demográficos también pueden repercutir en nuestras ‘microvidas’. Por ejemplo, solo por ser mujer se ganan cuatro ‘microvidas’ al día en comparación con los varones; y los hombres suecos tienen 21 ‘microvidas’ más al día que los rusos. Vivir en 2010, en lugar de 1910, supone una ganancia de 15 ‘microvidas’ diarias.
Spiegelhalter considera que esta forma de comunicación (hablar de ‘microvidas’) puede ser especialmente útil en la población general ya que permite que veamos más claramente los riesgos y las repercusiones de determinadas actividades cotidianas.