A pesar de que el enamoramiento de un hombre por la mujer de su amigo ha sido un recurso muy recurrido en novelas, películas y series de televisión, al parecer películas como “Una novia para dos” o “Loco por la novia” podrían estar equivocadas en su argumento o al menos este sería científicamente poco probable.
Tras superar los caprichos adolescentes con la chica de la puerta de al lado, los hombres adultos parecen estar biológicamente diseñados para evitar atracciones amorosas hacia la esposa de su amigo, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Missouri, en el que se han descubierto que los niveles de testosterona de los varones adultos disminuye cuando se interactúa con el cónyuge de un amigo cercano.
La comprensión de los mecanismos biológicos que evitan que los hombres compitan continuamente por las mujeres de los demás puede arrojar luz sobre los mecanismos psicológicos por los cuales las personas logran cooperar a nivel de los barrios, las ciudades e incluso a nivel mundial.
“Aunque los hombres tienen muchas oportunidades de buscar a la pareja de un amigo, las propuestas de adulterio en estos casos son relativamente poco frecuentes “, dijo Mark Flinn, profesor de antropología en la College of Arts and Science. “Los niveles de testosterona en los hombres generalmente aumentan cuando están interactuando con una posible compañera sexual o la pareja de un enemigo. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que las mentes de los hombres han evolucionado para favorecer una situación en que los vínculos de pareja estables de amigos se respetan”.
Evolutivamente, los hombres que estaban constantemente traicionando la confianza de sus amigos y poniendo en peligro la estabilidad de las familias pueden haber causado una situación de desventaja para la supervivencia de sus comunidades enteras. Una comunidad de hombres que no confían entre sí era frágil y vulnerable al ataque y la conquista. Los costes de una reputación poco fiables deben haber pesado más que los beneficios de tener descendencia extra con la compañera conyugal de un amigo.
Así, los hombres podrían haber evolucionado adquiriendo un mecanismo biológico que impidiese el acercamiento sexual o romántico con la pareja de los hombres cercanos a ellos para evitar situaciones como la que cuenta el mito de Camelot. Hoy en día, parece que hubiese sido poco probable que Sir Lancelot traicionase al Rey Arturo seduciendo a Ginebra. Así, no hubiese caído el reino, ya que los caballeros de la mesa redonda hubiesen seguido unidos.
Fuentes: Medical Xpress