Después de ti, faltaría más
Los investigadores decidieron trabajar con este tipo de primates porque los grandes simios, como los chimpancés o los gorilas, son menos sociables y no se respetan unos a otros cuando se trata de comunicación. Los pequeños monos tití se respetan y tienen unas reglas muy parecidas a las nuestras que utilizan durante sus conversaciones.
Este tipo de primates son muy sociables y amistosos y la forma de comunicación que tienen es la de producir sonidos vocales. Puesto que ambas características son muy parecidas a las nuestras los investigadores propusieron la hipótesis de que estas cualidades les permitirían mantener autocontrol y respeto para mantener una conversación con ciertas normas.
Y, efectivamente, su hipótesis resultó acertada. Para comprobarlo trabajaron con monos titíes colocados en las esquinas de una habitación de manera que pudieran oírse pero no verse y observaron los intercambios que se hicieron durante un intervalo de tiempo entre 30 minutos y una hora.
Los resultados mostraron que los primates no se comunicaron todos a la vez sino que primero se comunicaba un tití, esperaban 5 segundos y se comunicaba el siguiente y así sucesivamente.
Los titíes también fueron escogidos para este experimento porque según los expertos son un excelente modelo animal para investigar los orígenes evolutivos de la comunicación vocal, pudiendo ayudar a la comprensión de por qué suceden los trastornos en la comunicación humana.
Su estudio también ha mostrado que aunque los humanos y los titíes pertenecemos a ramas evolutivas distintas, las rutas del progreso y desarrollo de las capacidades comunicativas vocales en ausencia de gestos son parecidas. Una de las autoras del estudio, Asif Ghazanfar, asegura que “Las hipótesis gestuales son muy populares y nuestros datos se contraponen a algunas de esas teorías”. Los resultados sugieren que aún hay mucho que estudiar sobre el origen evolutivo de la comunicación vocal.
Fuente: SINC