Los niños prodigio NO tienen un cociente intelectual más alto

 

Seguro que todos habéis oído hablar alguna vez de esos niños que a edades sorprendentemente tempranas se convierten en grandes compositores de música, inigualables pintores, asombrosos jugadores de juegos lógicos como el ajedrez, o que se gradúan a edades de entre 10-14 años en carreras universitarias como medicina, matemáticas o física . ¿Qué tienen estos niños de especial? ¿Qué les diferencia de la mayoría de los otros niños?

Aunque es cierto que estos niños necesitan del apoyo de sus padres y la facilitación de recursos para desarrollar sus dones, desde luego, sus éxitos son difíciles de explicar únicamente desde la perspectiva de una práctica constante. Aunque, efectivamente, científicos cómo K.Anders Ericsson e investigadores de la universidad de Florida defienden que lo único que distingue a los prodigios de los demás es un impulso intenso para lograr sus metas y mejorar, que resulta de muchas horas de práctica.

Desafortunadamente, no hay muchos estudios realizados sobre esta capacidad de los niños prodigio para alcanzar niveles profesionales en diversas artes y ciencias a edades inimaginables y menos aún, en comparación con profesionales adultos. Sin embargo, recientemente han publicado un estudio sobre este campo en la revista “Intelligence” realizado por la psicóloga Joanne Ruthsatz y el virtuoso violinista Jourdan Urbach.

Para el estudio, Joanne Ruthsatz y Jourdan Urbach les pasaron la última edición del test de CI (cociente intelectual) Stanford-Binet a 8 niños prodigio que habían participado en su totalidad en concursos y programas de televisión a nivel nacional e internacional. La mayoría de estos niños prodigio alcanzaron el nivel profesional en su sector alrededor de los 10 años y escogieron habilidades notablemente reglamentadas.

Además de la puntuación total de CI, el test daba la puntuación en 5 subpruebas que medían 5 cualidades: razonamiento fluido,conocimientos, razonamiento cuantitativo, habilidades visuales y espaciales, y memoria de trabajo.

Entre estos niños había un artista, cuatro músicos, un matemático, un niño que se pasó de la música a la gastronomía y otro que cambió de la música al arte.

Los científicos hallaron algunos patrones llamativos prestando atención a los resultados del test de CI de los 8 niños. Para empezar, lo primero que les llamó la atención fue el gran rango de CI que resultaron del test, comprendidos entre 108-147 puntos. Lo cual demuestra que no es necesario tener un CI mayor que la media para ser un prodigio.

Pero lo que fue aún más sorprendente fueron los resultados de las subpruebas. Se vio que cada uno de estos niños prodigio puntuaban por fuera de los gráficos en memoria de trabajo (la memoria de trabajo consiste en la capacidad de retener información en la memoria, mientras se manipula y procesa otra información entrante). Todos ellos puntuaban encima del 99% de la población general, pero, lo que es más increíble todavía, 6 de los 8 niños incluidos en el estudio puntuaron por encima del 99.9% de la población general en esta habilidad.

Así, este estudio esclarece algunos puntos sobre cómo funciona el cerebro de estos niños, dejando bastante asentado que su capacidad de aprendizaje no tiene nada que ver con un aumento del cociente intelectual sino con una sorprendente capacidad de su memoria de trabajo.

Fuentes: Psychology Today/Scott Barry Kaufman

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