Un reciente estudio realizado en la Universidad de Helsinki revela que un feto no nacido, no sólo puede escuchar los sonidos del mundo exterior,si no que, en realidad, es capaz de recordar palabras específicas en los días siguientes al nacimiento.
La investigación comenzó cuando los bebes aún se encontraban en el útero, durante el tercer trimestre de embarazo. Durante el estudio, algunos de los bebés escucharon una secuencia de sonido sin sentido unas veinticinco mil veces. En pocas ocasiones, este sonido variaba minimamente. Tras el nacimiento, en concreto, cinco días después, los bebes volvieron a escuchar las mismas grabaciones.
Aquellos bebes que habían escuchado las grabaciones previamente, mostraron una actividad cerebral concreta que no mostraron aquellos bebes que no habían oído el sonido. Y no sólo eso, si no que cuando el sonido variaba un poco, la actividad cerebral también cambiaba sólo en aquellos que si había escuchado los sonidos, algo que puede entenderse como “lo que acabo de escuchar no coincide con lo que conozco” según los investigadores quienes afirman:
Esto nos lleva a creer que el feto puede obtener información mucho más detallada de lo que pensábamos.
Este estudio se complementa con investigaciones anteriores que han evaluado el comportamiento de los recién nacidos para llegar a conclusiones similares. En uno de ellos, por ejemplo, los recién nacidos parecían responder a temas musicales de los programas de televisión que sus madres habían visto durante el embarazo. Otros ejemplos sugieren que los niños se familiarizan con los patrones de su lengua materna antes de que nazcan.
Con este estudio, mediante la evaluación de los patrones neuronales en lugar de simplemente el comportamiento de los bebes, e indicando que pueden recordar las palabras o sonidos escuchados en el útero, parece evidente que aún estando en el interior del vientre materno, escuchan nuestras palabras y sonidos, y, además las memorizan aunque no puedan darle un significado, ni pronunciarlas hasta mucho después. Pero desde luego, sí que parece importante que lo que el bebe escucha de lo que hacemos fuera y tiene importancia en su desarrollo.
Fuente: PNAS