La administración actual de los tratamientos médicos es muy variopinta, pero en esencia es un formato bastante “indirecto”. Me explico: Se administran los fármacos por vía oral (boca), por vía intravenosa, subcutánea o intramucscular (pinchando la medicación), por vía rectal, o incluso con parches pegados a la piel. Sin embargo, una vez se nos ha administrado la medicación, debemos confiar en que actuará en el lugar indicado del cuerpo (esto ya está estudiado por supuesto, pues existen determinados receptores que recibirán al fármaco en cuestión). Pero la cosa se puede hacer más específica, como aquella vez donde os hablamos de virus recombinados genéticamente para actuar contra tumores. El caso de hoy son nano-robots, exclusivamente creados a base de ADN plegado a nuestra voluntad.
Nano-robots de ADN y origami
Actualmente ya somos capaces de crear ADN personalizado a nuestra voluntad, pues conocemos todo lo necesario sobre la doble hélice y su estructura combinada de apenas cuatro componentes diferentes. Sin embargo esta vez lo que se ha conseguido es diseñar moléculas de ADN dobladas de forma tridimensional, una especie de “origami” biotecnológico.
Durante el actual estudio se han creado diferentes estructuras de ADN muy similares entre si, pero con funciones diferentes, con una forma parecida a una caja con bisagra capaz de contener moléculas de fármacos y cuya apertura/cierre se consiguen según la voluntad del investigador. La diferencia entre estas cajas se encuentra justamente en el comando que las abre, y de ahí el término “robot”: Las cajas solo se abren y liberan su contenido si se encuentran delante de moléculas determinadas a la vez (como proteínas, por ejemplo), y permanecerá cerrada si solo hay una de ambas moléculas, o al revés.
El futuro de los nano-robots y las órdenes complejas
La cosa se pone más interesante si cabe si pensamos en que algún día diferentes de estos nano-robots de ADN podrían unirse entre sí para formar cadenas complejas de causa-efecto a modo de proceso computacional. Con esto se podrían llegar a juntar varias de estas “cajas” hechas de ADN plegado de forma tridimensional y portadoras de fármacos que responderán con precisión a mezclas complejas de moléculas del organismo y podrían liberar su contenido de forma simultánea en un solo tejido. Y no solo podrían liberar medicación, sino también otro tipo de moléculas-señal, atendiendo a si se producen eventos determinados (un ejemplo sencillo sería liberar moléculas que provoquen que se nos ponga la cara roja si las cajas detectan una infección, por ejemplo).
De momento se han obtenido buenos resultados en su uso como liberador de fármacos de forma controlada, pero se espera llegar a aumentar la precisión y la complejidad del proceso en un futuro no muy lejano.
Vía | Nature.