Como ya sabréis por algunos ejemplos históricos como Chernóbil, las bombas atómicas de Nagashaki e Hiroshima, o el reciente desastre de Fukushima, los humanos no estamos hechos para la radiación. Hemos aprendido a usarla para curar o al menos tratar algunas enfermedades como el cáncer mediante dosis controladas, pero nada más, por lo que esta energía sigue siendo un gran peligro para nosotros. Ahora bien, ¿y si fuesemos capaces de volvernos resistentes a la radiación? Puede que en un futuro cercano esto sera posible.
Las bacterias podrían ayudarnos a resistir la radiación
De manos de un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, liderados por el bi0químico Michael Cox, nos llega una posible solución para el problema de la radiación: Bacterias. Si, su solución es estudiar como las bacterias se reparan a si mismas delante de los daños ocasionados por la radiación, algo que si llegamos a entender por completo podría tener grandes implicaciones para el ser humano.
Como ya sabéis, la radiación actúa dañando el ADN humano, lo que acaba provocando enfermedades como el temido cáncer. Pero Cox y su equipo probaron el aguante de unas bacterias determinadas, del tipo E. coli, para saber lo resistentes que podían ser. Cogieron una cepa de este tipo de bacteria y la bombardearon con radiación hasta que el 99% de los microorganismos habían muerto, y posteriormente criaron una nueva generación de bacterias a partir del 1% superviviente.
Tras repetir este proceso hasta 20 veces, consiguieron un grupo de E. coli capaz de autoreparar sus heridas por la radiación que era incluso cuatro veces más potente que la que había recibido el primer grupo de bacterias.
Los genes de la resistencia a la radiación
Tras conseguir este grupo de bacterias resistentes, Cox y sus colegas analizaron las 69 mutaciones genéticas que habían permitido a las bacterias sobrevivir y reparar sus daños en el ADN tras ser bombardeadas por radiación. Por lo visto nuestro cuerpo también comparte algunos de estos genes reparadores, por lo que las implicaciones de este estudio para nuestra especie son muy prometedoras, además de darnos a conocer como el ser humano resiste (aunque sea minimamente) a la radiación.
Según comenta Cox:
“Esta resistencia extrema se encuentra en un fenotipo complejo. Existen otros mecanismos que se encuentran enterrados entre nuestros datos y estamos trabajando para encontrarlos”
De momento hay muchas incognitas que responder, pero si conseguimos comprender totalmente como las E. coli logran reparar su daño genético delante de la radiación se podría llegar a crear una terapia genética para los seres humanos, haciéndonos resistentes a la radiación (empezando por ayudar a los pacientes que reciben radioterapia a soportar sus efectos secundarios, o a los futuros viajeros a Marte u otros planetas, los cuales tienen que soportar grandes cargas de radiación que actualmente no son compatibles con la vida, al menos que nosotros sepamos).
Vía | Elife.