Ayer, día 25 de abril, fue el Día Mundial de la Lucha contra la Malaria.
La malaria o paludismo es una enfermedad causada por el parasito Plasmodium falciparum, un tipo de parasito tisular y hemático, es decir, su mecanismo de infección se basa en afectación de las células sanguíneas y órganos internos.
Clásicamente, se han descrito dos tipos de reservorios, el mosquito anofeles y el hombre. El mosquito pica al hombre y le inocula el parásito en sangre, el cual se dirigirá al hígado y lo parasitará, destruyendo las células hepáticas. Posteriormente infectara a los glóbulos rojos de la sangre, volverá a dividirse y saldrá de ellos, destruyéndolos. A veces estos parásitos pueden estar muchos años escondidos en las células hepáticas sin salir de ellas para reactivarse posteriormente.
Los síntomas de la malaria, en su mayoría, se deben a la rotura de estas células sanguíneas. Habrá anemia, escalofríos, convulsiones, picos de fiebre, cefalea, ictericia (color amarillento de la piel), dolor muscular, nauseas, sangre en heces, sudoración, vómitos y coma.
La malaria es transmisible de madre a feto o por transfusiones sanguíneas. En los países tropicales y subtropicales esta enfermedad es el mayor problema de salud. En las zonas de clima templado el parasito puede infectar en verano, pero en invierno ya no habrán mosquitos portadores.
Como curiosidad, recientemente se ha descubierto que el parasito se originó en los gorilas y no en los humanos como se creía hasta ahora, según publica la revista Nature.
Los científicos creían que el único portador era el hombre (aparte del mosquito transmisor), pero en 2009 se descubrió que ciertas especies de chimpancés, y gorilas bonobos eran portadores de Plasmodium similar al humano. Se examinaron hasta 3000 muestras de heces de monos de 57 lugares diferentes de África Central.
Gracias a las técnicas de biología molecular y secuenciación de DNA, se descubrió que uno de los Plasmodium falciparum que infectaban a los gorilas era el antepasado del parasito que se encuentra normalmente en los humanos, según Eric Delaporte, del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) de Marsella (Francia). Por tanto, los gorilas contagiaron a los hombres, y no al revés como se creía hasta ahora.
Además, como última curiosidad, se ha descubierto que Tutankamón murió de malaria combinada con una enfermedad osea.
Vía: MuyInteresante / MedlinePlus.