Imagino que muchos ya os habréis fijado en el lavado de imagen que, desde hace ya unos años, intentan realizarse muchas cadenas de comida rápida. Lo ciertos es que están invirtiendo bastante dinero intentado ser algo más trasparentes en cuanto a los ingredientes utilizados, su procedencia y sobre todo, en cuanto al contenido energético y de macronutrientes. Por ello, actualmente es fácil ir a uno de estos establecimientos y encontrar detrás del mantelito de papel que se usa para la bandeja, una gran tabla con el contenido de calorías, grasas, hidratos de carbono… de los diferentes productos.
En un principio se postuló que esto podría ser beneficioso ya que si el consumidor sabía la cantidad de calorías que iba a ingerir, en principio comería menos o tendría más reparo de zamparse una mayor cantidad. Sin embargo, visto lo visto, no parece haber tenido mucho éxito para tal propósito.
No obstante, un reciente estudio lo que sí sugiere es que si además del contenido energético se muestra el ejercicio necesario a realizar para quemar las calorías que contiene el menú, ésto sí podría ser más efectivo para que las personas coman menos.
Según investigadores de la Texas Christian University, los sujetos que sabían la cantidad de ejercicio necesario para quemar las calorías de unos u otros platos, acababan decantándose por aquellos menos calóricos. Y es que, según parece, que las personas sepan que son necesarias más de 2 horas de caminata a ritmo ligero para quemar una hamburguesa puede ser una mejor advertencia que contar las calorías que contiene
Para llegar a estas conclusiones el estudio contó con 300 sujetos de unas edades comprendidas entre los 18 y 30 años, y a los cuales se les dividió en 3 grupos al azar.
Un grupo recibió una oferta de menú sin ninguna información sobre las calorías; el segundo grupo recibió la oferta menú con las calorías que contenía cada posible elección; y al tercer grupo se le ofreció la misma oferta de menú que a los tros dos grupos pero con el valor calórico que contenía cada elección y además con la cantidad de ejercicio a realizar necesario para quemarlo.
Los resultados mostraron que los sujetos que conocían el valor energético así como la cantidad de ejercicio necesaria para quemarlo, se declinaron en mayor medida por las elecciones más saludables y con menor contenido energético que los sujetos de los otros grupos. No en vano, de promedio, ingirieron 100 kcal menos.
“El estudio sugiere que hay claros beneficios en las elecciones al conocer el tiempo de caminata (5,5 km/ hora) necesario para quemar las calorías ingeridas. Aunque por ahora no podemos generalizar estos resultados a la población de más de 30 años, por ello vamos a seguir investigando“, concluye la Dra Shah, una de las principales investigadoras del estudio.
No nos extrañemos, pues, si en breve en un centro de comida rápida, nos encontramos además de con el contenido energético de cada hamburguesa, con la cantidad de ejercicio físico necesario para quemarla.